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EDITORIAL

¿La nueva política es repetir los errores de Zapatero?

Lo último que necesita España es volver a los infaustos Planes E del peor presidente de la democracia.

La decisiva influencia que ha tenido en el surgimiento de Podemos el paso de José Luis Rodríguez Zapatero por la presidencia del Gobierno y la Secretaría General del PSOE es innegable.

La sentimentalización de la política, el rescate de la Guerra Civil como tema de actualidad, la división de la sociedad entre buenos y malos o el acercamiento comprensivo a la violencia siempre que se ejerza desde la izquierda son rasgos característicos de los de Pablo Iglesias, pero todos fueron parte esencial de la estrategia del socialista.

Seguramente estos aspectos de los casi ocho años de Zapatero en el poder sean los más dañinos a largo plazo, tanto para España como para su propio partido, pero sin embargo esto va a quedar sujeto a la controversia partidista al menos hasta que sea material para el análisis histórico.

Lo que es objetivamente incuestionable es el desastroso legado económico que dejó el socialista al abandonar la Moncloa: España estaba en una situación crítica desde el punto de vista presupuestario y el paro estaba en unas cifras monstruosas.

Si bien es cierto que Zapatero no fue el único culpable de la crisis, no lo es menos que la mayor parte de las medidas que tomó sólo sirvieron para hacerla más aguda, especialmente los famosos Planes E, con un coste inmenso y una repercusión más que negativa en el empleo.

Sorprende, por tanto, que Podemos presente como una de sus medidas estrella un plan de inversiones públicas muy similar a los de Zapatero, aunque esta obstinación en el error es el rasgo más característico de la izquierda a través de buena parte del siglo XX y en lo que llevamos del XXI.

Es la espiral eterna de los Gobiernos mal llamados progresistas: mucho gasto público hasta que éste causa una catástrofe económica… y mayor gasto público para solucionar el desastre... aunque sólo se logre profundizar en él. Trágicamente, la enorme distancia que separa a la izquierda de la realidad económica permite que los mismos errores se hayan repetido en países de todos los continentes, incluso en el mismo país en momentos diferentes de su historia.

No es, por tanto, descartable que Podemos repita los errores de Zapatero o que hasta profundice en ellos. Y tampoco lo es, y esto resulta aún más preocupante, que sea el nuevo PSOE de Pedro Sánchez el que, solo o en compañía de otros, reincida en los enormes yerros del viejo PSOE al que, dice, tan poco quiere parecerse.

En España

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