Menú
EDITORIAL

La tremenda responsabilidad del nacionalismo... y de 'Madrit'

Este miércoles Rajoy tiene una excelente oportunidad para despejar las más que razonables dudas y exigir ante Artur Mas que cada palo aguante su vela.

Si hay algo que caracteriza todo lo que hace, dice o toca el nacionalismo catalán es la doble moral, ese aplicar a los demás criterios mucho más estrictos que los que se aplica a sí mismo, cuando no diametralmente opuestos. Presume de aquello de lo que carece y comete fechorías que no perdona a los demás.

Sirva el caso Pujol –todo parece indicar que estamos sólo en las primeras fases del drama– como gran, definitivo ejemplo.

En su comparecencia de este martes, Artur Mas ha mostrado su "compasión" hacia semejante defraudador confeso; ha tratado de rescatar su legado político e insistido en que se trata de un asunto privado y familiar, si bien ha aceptado la dimisión de Pujol de todos los cargos que ostentaba, fuesen o no simbólicos...

El compasivo Artur Más también tenía dinero presuntamente heredado de su padre en una cuenta en el extranjero y fiscalmente opaca, pero no ha considerado oportuno exigirse a sí mismo las responsabilidades políticas que, a pesar de todos los pesares, ha cobrado a Pujol.

Qué doble moral e hipocresía la de una casta política y mediática que sólo veía la corrupción en otras partes de España, mientras el gran hombre del nacionalismo y el independentismo defraudaba a Hacienda, mentía e impulsaba la construcción nacional de Cataluña con su dinero a buen recaudo en cuentas secretas andorranas.

Por otro lado, llama poderosa y ominosamente la atención la actitud de Madrit, de los principales partidos nacionales y de los Gobiernos e instituciones que han controlado, con su inconcebible falta de celo a la hora no ya de perseguir sino de criticar como se merece la escandalosa corrupción nacionalista.

No hay manera de evitar las sospechas. En un país donde las autoridades gustan de exhibir las destrezas de la inspección de Hacienda y donde al ciudadano de a pie cualquier pequeño error puede costarle tremendamente caro, los desmanes nacionalistas al parecer han pasado inadvertidos. Eso, cuando no han llovido del cielo de Madrit regularizaciones providenciales como la de Elena Salgado de 2008.

Este miércoles Rajoy tiene una excelente oportunidad para despejar las más que razonables dudas y exigir ante Artur Mas que cada palo aguante su vela y el nacionalismo asuma su tremenda responsabilidad en los desafueros y despropósitos que han llevado a Cataluña y al resto de España al estado calamitoso en que se encuentran.

Temas

En España

    0
    comentarios