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EDITORIAL

Más atentos a los independentistas que a la realidad

Desde luego, vemos mucho menos improbable que baje el petróleo, que ZP aprenda a decir “no” a quienes, dentro y fuera de su partido, le fuerzan al gasto público improductivo y descontrolado"

Ha hecho muy bien Rajoy en citar literalmente la negativa descripción que, de los Presupuestos de Solbes para el año que viene, hicieron en el Congreso los independentistas catalanes horas antes de recibir la llamada telefónica que les llevó a correr a retirar sus enmiendas y pasar a anunciar el más entusiasta de sus apoyos.
 
Si bochornoso fue aquel espectáculo, más lo ha sido el ver este miércoles cómo se debatían en el Congreso unos Presupuestos, no en base a los mismos, sino presuponiendo, a su vez, lo que va a ser su texto definitivo. Al margen de que ZP pague el apoyo que recibe de la izquierda independentista, bien con concesiones presupuestarias, bien con concesiones políticas, o —como es más probable— con ambas, es una autentica falta de respeto al parlamento y a los ciudadanos someter a debate unos presupuestos a los que la principal formación de la oposición tiene que abordarlos “por aproximación”.
 
Lo que parece evidente es que el respaldo final de Esquerra Republicana a ZP no se ha traducido en que Solbes erradique la fragrante falta de realismo e inconveniencia de sus Presupuestos, que no se reduce, en absoluto, a la fragrante disparidad entre el precio real del petróleo y el contemplado por el ministro de Economía.
 
Bien está en que se señale esta disparidad en el precio del crudo como muestra de falta de realismo del Gobierno, pero tampoco la convirtamos, al mismo tiempo, en la excusa perfecta para que no se cumplan unas previsiones de crecimiento al margen de la gestión del Gobierno y de las prioridades y repartos que estipulan estos presupuestos.
 
Dice Solbes que el petróleo puede en el futuro bajar. Pues claro. Desde luego, vemos mucho más probable que lo haga a que Zapatero sepa decir “no” a quienes, dentro y fuera de su partido, le fuerzan al gasto público improductivo y descontrolado. Pero está visto que el “talante” de ZP sólo sabe decir “no” a la principal formación de la oposición que es la única –dicho sea de paso— que ha demostrado con los hechos lo que es elaborar presupuestos creíbles y útiles para el crecimiento económico de nuestro país.
 
Téngase en cuenta, además, que la Comisión Europea, a través del nada sospechoso miembro del PSOE, Joaquín Almunia, ha rebajado las estimaciones de crecimiento de la economía española hasta el 2,6% del PIB para 2004 y 2005, frente a las previsiones de Solbes que las sitúan, respectivamente, en el 2,8 y en el 3 por ciento. Otro tanto se puede decir del déficit que prevé la comisión del 0,1% para el año que viene y que Solbes lo cuantifica igual, pero con superávit. Pero, al margen de lo que prevea Bruselas, ¿es creíble que Solbes logre un superávit para todas las administraciones públicas cuando, al mismo tiempo, se anuncia el permiso de su Gobierno a los déficits autonómicos?
 
Solbes podrá escribir —si quiere— el cuento de la lechera, que ya vendrán —ya han venido, de hecho— los contradictorios cuando no disparatados anuncios del resto del Consejo de Ministros —empezando por el que lo preside— a tirar por tierra sus voluntaristas elucubraciones.

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