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EDITORIAL

Mayor Oreja deja en evidencia a Fernández Díaz

El PP está a tiempo de hacer honor a su mejor trayectoria antiterrorista y ordenar a la Fiscalía que luche contra la liberación de Bolinaga.

El primer Comité Ejecutivo del Partido Popular tras las vacaciones, celebrado este lunes, sirvió para que la versión canónica sobre la excarcelación del asesino etarra Bolinaga, aventada principalmente por el ministro del Interior, volviera a recibir una réplica adecuada desde las propias filas populares.

Jaime Mayor Oreja, que de lucha contra el terrorismo sabe, ciertamente, más que Jorge Fernández Díaz, fue el encargado de ejercer la crítica demoledora que merece la actuación del Gobierno en este asunto. Sus argumentos, que no tardaron en trascender a la opinión pública, dejaron al descubierto la penosa gestión de Fernández, de la que se va a beneficiar el asesino de tres guardias civiles y cruel secuestrador de Ortega Lara. Ni la legislación vigente ni lo que se ha hecho en casos similares permiten sostener la argumentación de Fernández, según la cual la excarcelación del etarra resultaba inevitable. Muy por el contrario, resulta evidente que, en este nuevo capítulo de concesiones al mundo etarra, el Gobierno, responsable en último término de la política penitenciaria, tenía otras opciones.

Según recogemos en Libertad Digital, el propio Fernández dejó entrever las verdaderas razones de su dejación de responsabilidades para con la Justicia y las víctimas del terrorismo al aducir como eximente de proceder el hecho de que, a su juicio, ETA está ya derrotada. Como acertadamente le replicó Mayor Oreja, ETA está tan derrotada que su más reciente franquicia electoral va a acudir a las autonómicas vascas de octubre con grandes posibilidades de hacerse con la victoria, o cuando menos de complicar muchísimo el triunfo al PNV.

Estamos, pues, ante la sumisión del Gobierno, por boca de su responsable de Interior, a la estrategia de rendición ante los terroristas alentada por Zapatero. Si no fuera así, Mariano Rajoy no habría adoptado esta actitud pseudosalomónica que a nada le compromete, cuando lo que se esperaría de un presidente del Gobierno del partido de Miguel Angel Blanco es que ordenase inmediatamente a sus ministros solucionar el desafuero provocado poniendo en marcha los mecanismos necesarios para anular una decisión injusta que afrenta a las víctimas y avergüenza a todos los españoles comprometidos con la democracia y la libertad.

Mariano Rajoy no puede escabullirse en este grave asunto aludiendo a un cierto continuismo en la política penitenciaria y en la aplicación de la legislación vigente. Precisamente fue elegido, entre otras cosas, para que diera fin al proceso de rendición puesto en marcha por su antecesor –por cierto, utilizando ardides similares a los empleados en la excarcelación del asesino Bolinaga–, que tanto dolor, irritación y sonrojo  produjo.

El presidente del Gobierno, el propio Ejecutivo y por extensión el Partido Popular están todavía a tiempo de hacer honor a su mejor trayectoria en la lucha contra el terrorismo y ordenar a la Fiscalía que emprenda la batalla contra la puesta en libertad del asesino Bolinaga. Es tanto lo que está en juego...

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