El secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, ha presentado este domingo su candidatura a la Secretaría General del PSOE haciendo un llamamiento al defenestrado Pedro Sánchez para que se sume a su proyecto y advirtiendo de que no tiene en mente cambalachear acuerdos con unos u otros, porque su intención es "llegar hasta el final" del proceso de primarias.
Aunque el expresidente del Gobierno autonómico vasco –y efímero presidente del Congreso en la pasada y fugaz legislatura– afirmó en su presentación que no quiere mirar al pasado, lo cierto es que él es de hecho el pasado, el pasado de un partido que bajo su férula se ha desplomado en el País Vasco, donde gobernó de una manera vergonzante, como pidiendo perdón a las fuerzas nacionalistas y sin apenas disimular lo incómodo que le resultaba el apoyo del Partido Popular, al que López sigue agradeciendo que le permitiera ostentar la propia presidencia del Gobierno regional y, posteriormente, la del Congreso de los Diputados con una versión aggiornada del ominoso cordón sanitario predicado por la peor izquierda, que pretende demonizar al centroderecha nacional y excluirlo de cualquier ámbito de gestión y responsabilidad, mientras se desvive por blanquear y empoderar a fuerzas y elementos antisistema, entre los que descuellan los separatistas, tanto de la rama terrorista como de la recogenueces.
Su admirado Pedro Sánchez no era la solución para este PSOE pésimo, desnortado, que no sale del pozo en ninguna encuesta y que vive una fase de relativa calma por la exclusiva razón de que no hay elecciones en el horizonte. Por las mismas razones, tampoco lo es este Patxi López igual de huero y mediocre, que como Sánchez sólo se excita cuando toca agitar la fobia al Partido Popular.
No vale Sánchez como no vale López, pues. Lo tremendo es que tampoco vale Susana Díaz, otro ejemplar de político de toda la vida sin oficio ni beneficio fuera de la cosa pública que, además, en los últimos años se está demostrando una gran cobarde a la que tienen que regalar las batallas.
El PSOE es un muerto viviente al que pretenden resucitar un zombi, un semejante y una gran cobarde. Así están las cosas en la que en tiempos se vendía como "casa común de la izquierda". No parece descabellado pronosticar que en 2017 no le irá mejor que en 2016, año tremendo para el partido de Pedro Sánchez, Patxi López y Susana Díaz.