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EDITORIAL

Peces Barba, más motivos para su cese

Peces Barba no sólo no pide disculpas por su inasistencia, sino que insiste en una actitud que ha colmado de justa irritación a las víctimas de ETA

No contento con haber dejado en la estacada a las víctimas del terrorismo que se supone tiene que representar, Gregorio Peces Barba ha añadido este lunes nuevos motivos para exigir su inmediata dimisión. El Alto Comisionado ha emprendido una huida hacia delante anunciando que tampoco acudirá en el futuro a actos "no unitarios" y en los que la "buena fe" de los organizadores pueda generar "interferencias destempladas y aprovechadas", como consideró ha ocurrido con la manifestación del pasado sábado en Madrid.
 
Para “destemplanzas”, pocas como las que ha provocado ETA con sus mutilaciones y asesinatos, y para “interferencias”, ninguna tan infame como la de los socios independentistas de ETA en Perpiñan convertidos en apoyo de un gobierno que, como el de Zapatero, está dispuesto a distraer al Estado de Derecho para sentarse a negociar la sangre derramada.
 
Lo que está claro, respecto a Peces Barba, es que no sólo no pide disculpas por su inasistencia, sino que insiste en una actitud que ha colmado de justa irritación a las víctimas de ETA. Peces Barba ha venido, además, a utilizar el indeseable y repudiable incidente contra Bono para tratar de justificar, a posteriori y con carácter retroactivo, su previa decisión de no acudir a una manifestación que reclamaba dignidad y justicia para las víctimas. Para colmo, insiste en denigrar la concentración afirmando que se desarrolló "en un clima de odio y de aplicación de la perversa dialéctica amigo-enemigo".
 
Lo que es “perverso” no es esta dialéctica, menos aun, si está relacionada con el mundo del terrorismo, que siempre interpreta cualquier concesión como lo que es: como un signo de debilidad moral y política. Lo que es “perverso” es que se esté dispuesto, una vez más, a difuminar la frontera que distingue claramente lo que piden las víctimas de lo que reclaman sus verdugos. Lo que es perverso es que se quiera volver a abrir paso la equidistancia.
 
El presidente de la AVT ha respondido al Alto Comisionado algo tan crudo y tan real como que las víctimas “no nos sentimos manipuladas, sino abandonadas”. A la dirección de la AVT le está cayendo una catarata de peticiones de sus asociados que reclaman la dimisión de Peces Barba. El más elemental sentido de la dignidad es que Peces Barba la presentara, en lugar de insistir en una línea que tan justificadamente ha llevado a las víctimas a sentirse agraviadas por tan infiel representante.

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