Menú
EDITORIAL

Podemos puede implosionar

La formación liberticida vive una crisis de envergadura que tiene causas internas y externas.

La crisis interna de Podemos que ha estallado en estos días era algo previsible, aunque el hecho de que no hayan sido capaces de mantener la olla a presión cerrada hasta la formación de Gobierno o las nuevas elecciones es singularmente significativo.

Podemos es una extraña mezcla de partido de corte estalinista y extremadamente piramidal –con culto al líder incluido– y movimiento asambleario vecinal y revolucionario. Lo segundo es útil para tratar de pasar por algo nuevo y de "la gente", pero lo primero parece imprescindible para alcanzar el poder y, sobre todo, emprender desde él un programa de máximos como el de la formación de Iglesias.

Pero lo más relevante políticamente es cómo, pese a estas tensiones internas y a tener menos de un quinto de los diputados del Congreso, Pablo Iglesias ha pretendido acaparar unas cuotas de poder –vicepresidencia y todos los ministerios determinantes– más propias de un partido al borde de la mayoría absoluta.

Es la urgencia propia del arribismo más descarado, de un proyecto construido con prisas y con una única misión: tomar el poder. Podemos, lo saben de sobra quienes no cierran los ojos a la realidad, no es "el partido de la gente", sino que ha sido y es el partido que se ha servido de cierta gente para que un grupo elitista dinamite el sistema y bolivarianice España.

Por otro lado, la extrema izquierda tiene una larga tradición de cainismo desaforado, como quedó mortíferamente de manifiesto en el anterior Frente Popular, por aludir a un episodio histórico del que, curiosamente, no suelen hablar, aunque están enganchados a la Guerra Civil. Es lo lógico entre fanáticos totalitarios. Podemos, pese a su pretendida originalidad, está visto hasta en esto.

Resulta significativo que la crisis le haya estallado a Podemos en este preciso momento y que las principales causas haya que buscarlas en el propio partido, pero también las hay externas: sin duda alguna el pacto entre PSOE y Ciudadanos ha dejado fuera de juego a los líderes podemitas y les ha puesto frente a contradicciones que no les está resultando sencillo cabalgar. Así, lo que algunos están tratando de vender como una cesión de Rivera a la izquierda en realidad está sirviendo para minar a la extrema izquierda, una de los grandes amenazas que afronta España como Nación y como Estado de Derecho en esta hora.

Temas

En España

    0
    comentarios