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EDITORIAL

Puras o la pura indefinición

Puras, en realidad, perdió la credibilidad desde el momento en que el eludió manifestar la posición de su partido recurriendo a la vacua fórmula zapateril de que "el fututo de Navarra será el que quieran los navarros".

Menos mal que los tiempos para la formación de un nuevo Gobierno están tasados, porque el bochornoso espectáculo de indefinición que están dando los socialistas navarros parecería no tener límite. Veinticuatro horas después de que Fernando Puras justificara su delirante ocurrencia de presidir un Gobierno de concentración entre todas las fuerzas políticas como un "esfuerzo para evitar una nueva convocatoria electoral", el líder del partido que ha sido postergado al tercer puesto en Navarra pasaba a considerar la celebración de nuevas elecciones en septiembre como "la opción más realista". Claro que esta posición también ha tenido una efímera vigencia, pues el líder de los socialistas navarros acaba de emitir un nuevo comunicado en el que se rectificaba a sí mismo y volvía a mostrarse contrario a la celebración de unos nuevos comicios.

Ante tanto vaivén, no hay que extrañarse de que hayan surgido críticas hacia Puras hasta en el seno del PSN. Tal es el caso de la alcaldesa de Olite y miembro de la Comisión Ejecutiva, Mari Carmen Ochoa, para quien Puras "ha perdido credibilidad" y ya no podría ser "un interlocutor ni ante Nafarroa Bai ni ante IU", con quienes esta dirigente socialista, pese a todo, insiste en llegar a acuerdos. Lo cierto es que la credibilidad se la dejó por el camino Puras desde el mismo momento en que se ha mostrado favorable a cualquier combinación de gobierno, siempre que fuera él quien los presidiera. Y eso que el único compromiso claro que adquirió durante la pasada campaña electoral fue el de no presidir el Gobierno de Navarra en el caso de que su partido fuera postergado de la segunda a la tercera posición.

Puras, por tanto, no es que haya perdido credibilidad "ante Nafarroa Bai o IU", sino que la ha perdido ante los navarros. La perdió, en realidad, desde que antes de las elecciones eludiera aclarar la posición de su partido ante las pretensiones anexionistas del nacionalismo vasco recurriendo a la vacua formula zapateril de que "el futuro de Navarra será el que quieran los navarros". Y esa credibilidad perdida en las últimas elecciones no la va a recuperar Puras con la celebración de unos nuevos comicios. De ahí su indefinición, sólo comparable a sus deseos de poder.

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