Menú
EDITORIAL

Rajoy: no sabe, no puede o no quiere

Se hizo con un partido que hoy hace aguas por los cuatro costados y ni sabe, ni quiere ni apenas puede hacer oposición y postularse como candidato de recambio para el desgobierno de Zapatero.

No se ha producido un fenómeno semejante en toda la historia del parlamentarismo español. Un Gobierno desgastado, vapuleado por una de las peores crisis económicas de las que se tiene noticia y acorralado por múltiples casos de corrupción, se está yendo de rositas porque un hombre, Mariano Rajoy, líder de la Oposición, es totalmente incapaz de aprovechar la situación. Muy al contrario, se ha enfangado en una crisis interna que está devastando el partido y haciéndole perder la credibilidad que sus electores tuvieron un día –no muy lejano– en él y en sus posibilidades de retomar el poder.

De modo que, con el viento soplando con fuerza de popa sobre el navío popular, parece que Rajoy rema en sentido contrario por no se sabe bien qué razones, qué atavismos personales y qué filias y fobias desarrolladas y alimentadas desde que, hace año y medio, perdió honorablemente las elecciones. Su obsesión por mantenerse al frente del partido a pesar de sus dos derrotas consecutivas está en el origen de todo. Organizó un congreso para atornillarse al cargo traicionando de palabra y de obra a los que le habían llevado de la mano durante la durísima legislatura de oposición para la que no estaba preparado ni personal ni psicológicamente. Se hizo con un partido que hoy hace aguas por los cuatro costados y ni sabe, ni quiere ni apenas puede hacer oposición y postularse como candidato de recambio para el desgobierno de Zapatero.

Porque, si bien es cierto que el PP supera en intención del voto al PSOE, no lo es menos que Zapatero inspira más confianza en el electorado que el propio Rajoy, político de oposición que no debería acusar los problemas asociados a la crisis. Y esto es un dato extraído de la misma encuesta que los afines a Rajoy dentro del PP exhiben orgullosos como un trofeo de caza. Además, ganar al PSOE en una encuesta por sólo tres puntos a dos años y medio de las próximas elecciones es un flaco consuelo que bien puede transformarse en drama tan pronto la maquinaria de propaganda socialista y el BOE se pongan a funcionar a pocos meses de los comicios de 2012.

Bastaría con una segunda edición de Gürtel, orquestada como la primera a dúo entre Baltasar Garzón y el Ministerio del Interior, para dejar KO al hoy triunfalista Rajoy, persuadido de que el perfil bajo y el no molestar es la única vía posible a la Moncloa. Evidentemente, no es así. El Partido Popular puede volver al poder dentro de dos años, puede hacerlo, además, por la puerta grande, pero para conseguirlo su capitán debe echar el resto en el Parlamento, en la calle y en la prensa. Debe aprovechar cualquier resquicio que le abran las muchas ineptitudes del Gobierno. Debe articular un programa de oposición creíble y realmente alternativo, no una socialdemocracia suavecita e inodora que sólo se diferencia de la auténtica en el color y en la tipografía del folleto. Debe ilusionar a las bases y a los votantes actuando con firmeza frente a la corrupción. A la interna y a la externa, porque, hoy por hoy, el PP se ha convertido por la inacción y los complejos de Rajoy en el centro del debate político cuando las corruptelas abundan al otro lado.

Es realmente chocante que sean los populares los que estén expiando los pecados cometidos por buena parte de la casta política. Pero Rajoy es un impenitente negado para poner el viento a su favor denunciando y persiguiendo los pecados del adversario, que son muchos y se extienden como una mancha de aceite por toda la España socialista y nacionalista. Pero no, no sabe, no quiere y no puede hacerlo. Parece sentirse más confortable en la jaula de grillos en la que ha transformado el partido. Así las cosas, el único destino seguro para el Partido Popular es una lenta agonía que puede prolongarse varios años y que, irremediablemente, lo conducirá a la marginalidad.

En España

    0
    comentarios
    Acceda a los 6 comentarios guardados