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EDITORIAL

Rajoy y la historia

Rajoy está consiguiendo pasar a la historia: Es el primer presidente que financia la destrucción de la Nación que está obligado a defender.

Dice Mariano Rajoy que no quiere pasar "a la historia como el que permitió un referéndum ilegal en Cataluña". Lo que no sabemos es cómo pretende el presidente del Gobierno alcanzar tan noble propósito. Y es que hasta ahora la única respuesta de Rajoy al gravísimo desafío de Artur Mas ha sido no hacer nada. En una sociedad abierta y civilizada tan importante es conocer los objetivos de los gobernantes como los medios que pretenden utilizar para conseguirlos. Sin embargo, Rajoy parece disfrutar exhibiendo un despótico desprecio hacia a los ciudadanos, a los que se niega, de forma sistemática, a dar explicaciones sobre ésta y otras cuestiones.

En las declaraciones tanto de Rajoy como de Cospedal de este fin semana la única respuesta --si se le puede llamar así-- han sido las apelaciones a las bondades de la Unión Europea. Respuesta que ni es eficaz ni mucho menos proporcionada al desafío planteado por Artur Mas. Precisamente este domingo se ha celebrado el referéndum en Crimea que, muy probablemente, desembocará en la anexión de esta provincia a Rusia. En esta crisis de Ucrania hemos podido comprobar la patética inanidad de la UE.

Si el Gobierno quiere plantar cara a Artur Mas y, lo que es más importante, defender a los ciudadanos españoles que viven en Cataluña tiene instrumentos más que de sobra. Rajoy está perfectamente legitimado para suspender la autonomía de Cataluña, desde el momento en el que Mas puso fecha para la celebración del referéndum ilegal. Pero no quiere hacerlo. Es más, bastaría con haber cortado la financiación de una Generalidad en quiebra, en lugar del esquilmar a los ciudadanos de Madrid y otras regiones para pagar las siete cadenas de televisión y el gigantesco aparato propagandístico, que es el principal arma de los nacionalistas.

Tan cómodo está Mas que se permite amenazar públicamente con una declaración de independencia o anunciar por escrito --a través de la llamada Asamblea Nacional Catalana, que controla y financia-- un golpe de Estado en toda regla. Lo insólito es que la reacción del Gobierno sea esperar o "desear" que por arte de magia, un día de estos Mas decida dar marcha atrás. Si tanto preocupa a Mariano Rajoy pasar a la historia, hay que reconocer que lo está consiguiendo: es el primer presidente del Gobierno que financia la destrucción de la Nación que está obligado a defender.

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