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EDITORIAL

Sin el apoyo de Aznar y con el lastre de Rajoy

El principal lastre para Cañete no son las tardanzas de Rajoy, sino el hecho de que su Gobierno constituye una tremenda estafa ideológica.

El mismo día en que Aznar ha rechazado participar en la campaña electoral del PP para las europeas tras no haber recibido invitación alguna en sentido contrario por parte de la dirección del partido, el cabeza de la lista popular, Miguel Arias Cañete, ha hecho unas declaraciones que, aun pronunciadas en un tono distendido e incluso socarrón, constituyen una clara crítica a lo que está sucediendo en su partido.

Así, Arias Cañete ha atribuido el rechazo de Aznar a la tardía invitación del PP al hecho de que "va todo un poco tarde" en la campaña popular. "El candidato –ha añadido refiriéndose a sí mismo– se ha nombrado tarde y he dejado de ser ministro tarde". Además, ha asegurado que, comunicando, los populares no son "los más genios del colegio": "Somos francamente malos a veces”, ha remachado. Todavía mayor enjundia han tenido sus palabras cuando ha expresado su "temor" al "absentismo generalizado" y a que su electorado pueda dar "un toque al Gobierno para que vaya cumpliendo el programa electoral”; por cierto, ha asegurado que en la campaña insistirá en que el Ejecutivo va a cumplir el mismo en el año y medio que queda para el final de la legislatura.

Sólo desde la ironía se puede entender que Arias Cañete haya manifestado también que Rajoy tiene "un manejo magistral de los tiempos", habida cuenta de que el presidente es el máximo, cuando no el único, responsable de su tardía designación como cabeza de lista, de su tardío relevo como ministro de Agricultura, de la tardía invitación a Aznar, de la "francamente mala" política de comunicación del PP y de la “tardanza” del Gobierno en cumplir con su propio programa.

Sea como fuere, y por mucho que Arias Cañete haga suya muchas de las críticas editoriales que este diario ha venido expresando contra la prepotente e irresponsable tardanza de Rajoy, lo cierto es que el principal lastre para su campaña no tiene que ver con las referidas demoras, sino con que el propio Gobierno del que acaba de salir es una tremenda estafa ideológica.

El problema del Gobierno no es su "reformismo pausado", tal y como hace dos años diagnosticara Alejo Vidal Quadras; sino que ha llevado a cabo una política radicalmente contraria a la que venía abanderando su partido. Eso es lo que de forma más decisiva explica los desencuentros entre Rajoy y Aznar, el hecho de que el actual PP y su think tank, la aznarista FAES, sean desde hace tiempo mundos enfrentados o que personalidades como Mayor Oreja, Vidal-Quadras, Abascal u Ortega Lara se hayan apartado de la primera fila o incluso hayan abandonado el partido. Eso es lo que explica también que la recuperación económica esté siendo tan tardía y débil; o que aún no se hayan mejorado los desastrosos niveles de desempleo que dejó Zapatero; o que haya aumentado hasta niveles nunca vistos el endeudamiento público. Y el envilecido apaciguamiento hacia ETA, el envalentonamiento nacionalista y, en definitiva, el agravamiento de la crisis nacional.

Ese es el auténtico lastre que tiene que soportar Arias Cañete. Y no habrá catarsis en el PP mientras este irreconocible partido no reciba un más que merecido castigo electoral.

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