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EDITORIAL

Talante y oídos sordos

Si la oferta del presidente pasa por que su Gobierno y su partido deslegitimen, tergiversen, insulten o, en el menor de los casos, ignoren a quienes ofrece diálogo, ya podemos hacernos una idea de la nueva farsa que ZP tiene preparada

Ante el clamoroso éxito de la manifestación celebrada este sábado en Madrid contra la LOE, el presidente de Gobierno no ha tenido más remedio que anunciar su disposición de recibir a los convocantes próximamente en La Moncloa. Es el propio Gobierno y el PSOE, sin embargo, los que más señales están enviando a la opinión pública para temer que esta disposición de Zapatero no sea sino una nueva maniobra propagandística con la que encubrir su voluntad de hacer, en realidad, caso omiso a cualquier reivindicación que no proceda de sus minoritarios y radicales socios de gobierno.
 
Para empezar, resulta ya bastante sospechosa que esta repentina voluntad de "consenso" y de "diálogo" no la transmita personalmente a los convocantes ni el presidente del Gobierno, ni su ministra de Educación, sino el secretario de Estado de comunicación, Fernando Moraleda. Hay que recordar, además, que la CONCAPA hace ya casi un año que entregó al gobierno tres millones y medio de firmas a favor de que la asignatura de religión tuviera el mismo tratamiento que cualquier otra, sin que hasta ahora Zapatero se haya dignado recibirles o les haya hecho el más mínimo caso. Eso, por no hablar de la nula sensibilidad y del imperturbable inmovilismo del Gobierno tras las cuatro masivas manifestaciones anteriores, como fueron las convocadas por las Víctimas del Terrorismo o el Foro de la Familia, o las que se celebraron contra la derogación del Plan Hidrológico Nacional o contra el traslado de los papeles del Archivo de Salamanca.
 
Mucho podrá decir el secretario de Comunicación que es "la hora de la negociación y no de la descalificación", pero lo cierto es que su intervención de este domingo no ha hecho otra cosa que, por una parte, ningunear a los colectivos convocantes –como son CONCAPA, CECE o USO– mientras, por otra, se dedica a descalificar al PP y a los obispos, a los que ha acusado de mentir y de comportarse más como "militantes que como practicantes". Pues, menos, mal que era la hora de negociar.
 
Lo que más apunta, con todo, a una nueva farsa de ZP, son las declaraciones del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, quien, además de acusar de mentir, tanto a los obispos como a los dirigentes del PP, ha tenido la desfachatez de presentar a su partido como adalid de la libertad de elección.
 
Para empezar, quien miente es quien distorsiona el discurso de sus adversarios para, de esta forma, decir que lo que dicen es falso. Nadie dice que el Gobierno quiera prohibir que los niños estudien religión. Lo que se le reprocha son sus intenciones de degradar y devaluar esta asignatura. ¿O es que, acaso, la Religión  –y su alternativa no confesional– van a tener con la LOE el mismo tratamiento que las otras asignaturas evaluables y computables a efectos académicos de nota media, para el acceso a la Universidad y a efectos de obtención de becas?
 
Por otra parte, poco respeto conlleva esa oferta de "diálogo", si el Gobierno, en lugar de dirigirse a los convocantes, se centra exclusivamente en criticar a los obispos y al PP, como si, además, el mal tratamiento de la asignatura de religión fuera el único motivo de queja de la comunidad educativa en contra de la LOE.
 
Los convocantes también han denunciado cómo la LOE erradica de su articulado el valor de la exigencia, del merito y del esfuerzo por parte del alumno, cómo se fragmenta la educación nacional, como no se hace nada a favor del prestigio y la autoridad de los docentes, cómo, en definitiva, se sigue conculcando la libertad y la calidad de la enseñanza en España.
 
Si la oferta del presidente pasa por que su gobierno y su partido deslegitimen, tergiversen, insulten o, en el mejor de los casos, ignoren a quienes ofrece diálogo, ya podemos hacernos una idea de la nueva farsa que ZP tiene preparada.

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