Menú
EDITORIAL

Trapero, con los golpistas

Trapero ha vuelto a poner de manifiesto –de manera tan indigna como pueril– su alineamiento con los golpistas que aún detentan el poder en el Principado.

En un nuevo desplante a las autoridades que luchan contra el golpe de Estado separatista, el máximo responsable de la Policía regional catalana rechazó este lunes acudir a una importante reunión de coordinación con mandos de otros cuerpos de seguridad. Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d’Esquadra, envió en su lugar a un subalterno, poniendo de manifiesto de manera tan indigna como pueril su alineamiento con los golpistas que aún detentan el poder en el Principado.

La afrenta que descalifica a Trapero es una muestra más del lamentable papel que están desempeñando los Mossos en estos días tremendamente convulsos. Trapero, lacayo muy apreciado por Puigdemont y su banda por su obsecuencia incluso cuando se encuentra fuera de servicio (qué imágenes de aquella ridícula francachela veraniega), está al frente de un cuerpo que, por su culpa y la de sus amos, ha actuado de manera no ya desleal sino abiertamente hostil a las fuerzas de seguridad desplegadas en Cataluña para hacer frente al sedicioso desafío separatista.

Trapero está escribiendo páginas de oprobio en el historial de los Mossos d’Escuadra, que ya había sufrido graves daños como consecuencia de su gestión de los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils. Este lunes no desaprovechó una nueva ocasión para desmarcarse de las obligaciones que dignifican y dan sentido a la policía que dirige, cuya función primordial es velar por la seguridad y los derechos de los ciudadanos, no dar cobertura a los peores delitos, entre los que sin lugar a dudas se cuenta la comisión de un golpe de Estado. Esa función primordial, increíblemente, no la cumple. Por eso están ahí la Guardia Civil y la Policía Nacional.

La bochornosa conducta de Trapero, impropia de un servidor público, demuestra que la decisión del Gobierno de someter a un mando único las labores policiales necesarias para hacer cumplir la Constitución y garantizar la seguridad de todos en Cataluña no sólo fue oportuna, sino una necesidad perentoria y la única manera de que el Principado vuelva a estar sometido al imperio de la ley.

Temas

En España

    0
    comentarios