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EDITORIAL

Tropas de la ONU, parapeto de Hezbolá

De lo que no debemos tener duda es del respaldo del gobierno de Zapatero a la presencia de tropas en el Líbano, siempre y cuando no sirvan para nada más que para ejercer de parapeto -no exento de riesgos- de los terroristas islámicos

Como recordarán los lectores, el acuerdo de alto el fuego pactado en la ONU que interrumpió la respuesta militar de Israel en el Líbano, estuvo acompañado del despliegue de una fuerza internacional bajo mando de Naciones Unidas con la misión principal de impedir que los terroristas de Hezbolá recuperasen el control del sur del Líbano. Pues bien, según ha desvelado este martes el jefe del Servicio de Informaciones de las Fuerzas Armadas de Israel, general Amos Yadlin, el grupo terrorista Hezbolá no sólo no ha procedido a su desarme sino que reconstruye y fortalece posiciones destruidas por Israel durante la guerra, pese a la presencia de 8.000 soldados de la ONU, un millar de los cuales son españoles.

Ya el pasado 8 de septiembre mostramos nuestro escepticismo ante esta "capciosa misión en el Líbano", señalando que el "tiempo dirá si el gobierno de Israel cometió o no un error interrumpiendo su ofensiva contra el desestabilizador terror islamista, para delegar en fuerzas internacionales, bajo el dudoso mandato de la ONU, la labor de pacificar la zona".

Ahora Yadlin ha informado de que las tropas de la ONU no sólo no han impedido el regreso de Hezbolá al sur del río Litani, y a la frontera de 110 kilómetros con Israel, sino también que "decenas o centenares" de militantes de Al Qaeda se han establecido en territorio libanés para promover y lanzar ataques contra Israel.

Veremos qué sucede más adelante. De lo que no debemos tener duda es del respaldo del Gobierno de Zapatero a la presencia de tropas en el Líbano, siempre y cuando no sirvan para nada más que para ejercer de parapeto –no exento de riesgos– de los terroristas islámicos.

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