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EDITORIAL

Trujillo, esa "realidad sangrante"

Al margen de que esas viviendas menores de 30 metros, contra las que ahora despotrica Trujillo, son para los que las adquieren un mal menor, la realidad, por "sangrante" que sea, no se cambia ni ignorándola ni prohibiéndola

Si al estéril despilfarro que ha caracterizado al Ministerio de la Vivienda se le acaba de unir la liberticida corruptela que Zapatero denomina "Ley del Suelo", no podía tampoco faltar como aderezo una nueva ocurrencia de la ministra Trujillo, quien acaba de incitar a las comunidades autónomas a prohibir la oferta de viviendas menores de 30 metros cuadrados, por ser una "realidad sangrante".

Y esto nos lo dice ahora quien, al poco tiempo de llegar al Gobierno, calificaba como "soluciones habitacionales imaginativas" viviendas de 25 metros cuadrados, asegurando que dichos minipisos eran compatibles "con la estructura familiar del siglo XXI". No menos sangrante fue su "imaginativa" ocurrencia de regalar las keli finder, esas zapatillas con las que los jóvenes tendrían más facilidad de encontrar una vivienda; o su costosísimo engendro denominado Sociedad Pública de Alquiler, que ha tenido resultados semejantes, sólo que con un despilfarro muchísimo mayor.

Al margen de que esas viviendas menores de 30 metros, contra las que ahora despotrica Trujillo, son para los que las adquieren un mal menor, la realidad, por "sangrante" que sea, no se cambia ni ignorándola ni prohibiéndola: si Trujillo la ignoraba hace tres meses afirmando que "el 80 por ciento de los jóvenes no tiene problemas de acceso a la vivienda", ahora la trata, simplemente, de prohibir.

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