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EDITORIAL

Una quiebra que hace temer otras muchas

Se está viendo que las decisiones de Bernanke no han servido de nada a la hora de aliviar esta crisis, pero en cambio están alimentado una nueva. Porque ha vuelto a iniciar el ciclo de bajar artificialmente los tipos, creando crédito sin respaldo.

La compra de JPMorgan Chase no ha sido una adquisición corriente, sino una quiebra a duras penas encubierta. Bear Stearns, el quinto mayor banco de inversión de Estados Unidos, tenía un valor en bolsa de 21.000 millones de dólares hace diez meses y ahora se pagará por él sólo 236. Muy poco para una empresa con 85 años de historia y 14.000 empleados, si no fuera porque era la entidad financiera cuyas inversiones estaban menos diversificadas y se vieron más afectadas por la crisis de las hipotecas subprime.

Mientras, Ben Bernanke recortaba de nuevo los tipos de interés, lo que provocaba un nuevo hundimiento de unos mercados que temen el alcance real de la crisis. No parece que la actitud de la Reserva Federal haya servido de nada hasta ahora; parece que al menos el BCE ha mantenido la cabeza fría y no ha echado más leña al fuego. Y es que la causa de los problemas en los que ahora estamos sumidos ha sido la expansión crediticia provocada por unos bancos centrales que bajaron los tipos con demasiada alegría tras la crisis de las puntocom y el 11-S. Los bancos pudieron dar créditos no respaldados por ahorro real, sino por unos tipos artificiales. Una parte de la bonanza de aquellos tiempos la pagaremos ahora, porque no tenía una base real.

Se está viendo que las decisiones de Bernanke no han servido de nada a la hora de aliviar esta crisis, pero en cambio están alimentado una nueva. Porque ha vuelto a iniciar el ciclo de bajar artificialmente los tipos, creando crédito sin respaldo. Esto está provocando una espiral inflacionista y que el dólar esté bajando en picado. Europa, por ahora, no se está contagiando demasiado, pero tiene que purgar sus propios excesos. En España ya se está viendo en forma de desaceleración, inflación y paro. No sería extraño que también lo haga en forma de quiebras, especialmente de empresas del sector inmobiliario. Vienen tiempos difíciles, con gobernantes especialmente mal dotados para enfrentarse a ellos.

En Libre Mercado

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