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EDITORIAL

Una situación insostenible e injusta

A este insostenible estado de cosas han contribuido la crisis económica, la demografía y el demencial esquema de nuestro Estado del Bienestar.

La información que publicaba este domingo Manuel Llamas en las páginas de Libre Mercado es de las que provocan pasmo: "España descansa sobre los hombros del 30% de la población". En efecto, son 13,8 millones los que, con su trabajo y sus impuestos, sostienen el país, que cuenta con 47 millones de habitantes, de los que 17,6 millones son parados, pensionistas o empleados públicos.

A este insostenible estado de cosas han contribuido la crisis económica, la demografía y el demencial esquema de nuestro Estado del Bienestar, ineficiente, mediocre, generador de incentivos perversos y lesivo para los intereses nacionales, habida cuenta del duro castigo a que somete a los sectores más productivos y dinámicos de la sociedad.

Es un estado de cosas insostenible pero sobre todo injusto e ineficaz, que ahonda la durísima crisis que padecemos desde hace ya un lustro y que amenaza seriamente nuestro futuro, a corto, medio y largo plazo.

Urge tomar medidas contundentes para podar las Administraciones Públicas, al objeto de hacerlas más funcionales e impedir que sigan siendo cueva de enchufados de todo pelaje y condición. Asimismo, se impone una revisión en profundidad de las denominadas prestaciones sociales, especialmente de las destinadas a los desempleados, que no deben ver en ellas un recurso de acceso universal y duradero. También resulta de extrema importancia encarar de una vez, en toda su amplitud y complejidad, la cuestión demográfica: de no hacerlo, la situación puede ser tremenda en quince o veinte años. Por último, pero no en último lugar, los poderes públicos han de atender como se merece a esos 13,8 millones de españoles que están levantando el país a pesar de todos los pesares. Para empezar, en vez de asfixiarlos y apabullarlos, deben tratar de ayudarlos. Quitándoles de encima impuestos, regulaciones y prohibiciones que no hacen sino perjudicarlos. Perjudicarnos.

¿Se puede contar con el Gobierno para esta empresa, sin lugar a dudas la más importante de las que se nos presentan? Lamentablemente, no. El Gobierno, lo vino a demostrar el viernes en el último Consejo de Ministros, está instalado en la cobardía, la abulia o el ilusionismo del nefasto José Luis Rodríguez Zapatero. Las tres opciones son pésimas. Y el tiempo pasa. El tiempo que ya no tenemos.

En España

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