Menú
EDITORIAL

Zapatero, al más puro estilo Perpiñán

Ciertamente, satisfacer a los etarras al mismo tiempo que nos matan, sería "más difícil", muchísimo más difícil. Ni que fueran islamistas.

El dirigente etarra, Arnaldo Otegi, ha vuelto a salir a la palestra para exigir avances en el "proceso de paz" advirtiendo que "de la situación de crisis se puede salir de dos maneras: o explota, y vamos todos hacia atrás, que es una opción que yo creo que nadie quiere; o el proceso sale reforzado".

Si ese chantaje político, que no sólo ETA denomina "proceso de paz", no avanza a la velocidad deseada por los terroristas no es, sin embargo, por la renuencia de Zapatero a dar "más pasos" por esa senda polvorienta, ajena "al Estado de derecho y esas zarandajas", sino por la resistencia de muchos jueces que, a diferencia de Conde Pumpido, no están dispuestos a ensuciar sus togas para que "todo tenga cabida, tenga el alcance que tenga", tal y como Zapatero se comprometió a cambio del comunicado de tregua.

Zapatero, no obstante, se ha comprometido nuevamente a que "sin violencia, podemos dar pasos para un diálogo que permita el fin de tanto horror de 40 años, y que, con violencia, esos pasos será mucho más difíciles".

Si el final de la "violencia" de ETA ya no ha de interpretarse como el final del "horror" ¿qué "pasos y qué dialogo" son esos que han de darse para que una situación conduzca a la otra, cuando lo cierto es que ETA exige por no volver a matar lo mismo por lo que nos ha estado matando durante 40 años? Ciertamente, pretender satisfacer a los etarras al mismo tiempo que nos matan, sería "más difícil", muchísimo más difícil. Ni que fueran islamistas.

0
comentarios