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EDITORIAL

Zapatero echa balones fuera

Zapatero intenta hacer pasar por éxito su bajada de pantalones en la cumbre europea porque mucha gente va a comenzar a atar los cabos de la OPA y la reunión con Durao Barroso.

Horas después de permitir que se acordara que España fuese la principal pagadora de la ampliación de la Unión Europea, Zapatero ha reaccionado de la única manera que sabe, culpando de todo al PP. Es natural que intente esa vía, pues sólo responsabilizando al partido de Rajoy de un atentado terrorista fue capaz de auparse en el poder. El único problema de su táctica es que ahora se encuentra en el gobierno y, mal que le pese, resulta difícil intentar achacar a otros lo que es fruto, en el mejor de los casos, de su propia incompetencia.

Zapatero arremete contra todo lo que se mueve porque es incapaz de hablar con los familiares de las víctimas del incendio de Guadalajara y debe desviar la atención. Zapatero habla de toda esa "basura del 11-M" porque su gobierno y su partido han hecho todo lo posible por echar tierra encima de la investigación del más grave atentado de nuestra historia. Zapatero acusa al PP de ser "patriotas de hojalata" porque debe evitar que la opinión pública siga fijando la vista en ese estatuto intervencionista, liberticida y destructor de España que apadrina. Zapatero intenta hacer pasar por éxito su bajada de pantalones en la cumbre europea porque mucha gente va a comenzar a atar los cabos de la OPA y la reunión con Durao Barroso.

Ha sido una semana dura para los socialistas. Con su negativa a desmentir que el partido socialista hubiera tenido contactos con Batasuna, han reconocido que ni siquiera respetaron el pacto terrorista en el momento en el que, supuestamente, Zapatero era un socio fiel del gobierno en este asunto. Mientras tanto, su estrategia de apaciguamiento del terrorismo daba los frutos esperables. ETA volvía a poner una bomba en una empresa que se niega a comprar la protección de la mafia nacionalista vasca y las juventudes terroristas extorsionan a los comerciantes del centro de San Sebastián para recaudar "el aguinaldo para los presos".

También esta semana dos asociaciones de víctimas del terrorismo han exigido lo que coreaban aquellos que desde las elecciones generales han estado ausentes. La verdad. Nada más y nada menos. Que precisamente haya sido después de esta lógica exigencia cuando Zapatero ha escogido arremeter contra quienes están intentando averiguar la verdad supone un escarnio más que añadir a la lista de agravios cometidos contra las víctimas. ¿Cómo va a marcharse Peces Barba del gobierno? No es más que un fiel y gozoso servidor de las directrices que emergen directamente del inquilino de Moncloa.

Lo único poco previsible de la soflama del presidente del gobierno ha sido esa extraña insinuación de que "vamos a tener una campaña electoral muy divertida". Las próximas elecciones están programadas para la primeravera de 2007, dentro de año y medio. ¿Le habrá traicionado el subconsciente a Zapatero, haciendo ver que el desgaste de su gobierno le está haciendo pensar en un adelanto electoral? Sería extraño, pues en marketing político el PSOE no suele dar puntada sin hilo. En cualquier caso, la respuesta desde la oposición ha de ser la misma: obviar los intentos de distracción de Zapatero y recordar insistentemente sus mayores errores. La arenga del presidente está enseñando cuales son.

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