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EDITORIAL

Zapatero, un lobista contra España

Zapatero parece haberse decidido a formar trío con Bono y Moratinos, conocidos mediadores con las peores dictaduras africanas y caribeñas.

A José Luis Rodríguez Zapatero le cabe el dudoso honor de haber puesto prácticamente a todo el mundo en su contra a cuenta de sus recientes viajes al extranjero. Su visita al Sahara Occidental para participar en un foro organizado por un lobby suizo que apoya las pretensiones marroquíes sobre aquel territorio, ha suscitado duros reproches del Gobierno y ha obligado a su propio partido a salir a la palestra para desmarcarse nítidamente de esta iniciativa del expresidente, que constituye una traición en toda regla a España y a los ciudadanos saharauis.

El encuentro organizado en tierras saharauis por la dictadura marroquí, que contraviene la legalidad internacional como han puesto de manifiesto los 54 Estados de la Unión Africana, es un intento más del Sultán para hacer valer por la vía de los hechos una posición de dominio en un territorio descolonizado cuyo destino tienen que decidir libremente sus habitantes. Así lo ha establecido la ONU desde el principio en una resolución que ha sido siempre la referencia fundamental en este asunto para todos los gobiernos de España, incluido el que presidió el propio Zapatero.

Pero a José Luis Rodríguez Zapatero la legalidad internacional siempre le ha parecido un concepto maleable, susceptible de ser manejado en su propio beneficio. A lo largo de sus casi ocho años en el Gobierno dio abundantes muestras de este cinismo, que nos llevó a asociarnos con los peores regímenes totalitarios del planeta mientras Zapatero y sus colaboradores se llenaban la boca hablando de derechos humanos y de respeto a la democracia. Fuera ya del Gobierno, Zapatero ha sumado a esta hipocresía característica de la izquierda europea con sus alianzas tercermundistas un, cada vez más claro, deseo de rentabilizar su agenda de contactos al servicio de determinados intereses económicos.

Moratinos y Bono, sus ministros de Exteriores y Defensa, son bien conocidos por ejercer de mediadores con las dictaduras africanas y caribeñas para explotar intereses comerciales no siempre claros. Ahora parece que Zapatero se ha decidido a formar trío con estos personajes, con los cuales ha iniciado una serie de visitas que, como mínimo, cabe calificar de inoportunas.

Su condición de expresidente hace que estas acciones revistan una mayor gravedad por cuanto suponen un desprecio a las instituciones internacionales, una deslealtad hacia el actual Gobierno y una traición a todos los españoles.

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