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Eduardo Goligorsky

El séquito del President (sainete en un acto)

"España los ocupa, oprime y roba desde hace siglos y son los más ricos. Ojalá yo encuentre un opresor, ocupante y ladrón que me haga rica".

"España los ocupa, oprime y roba desde hace siglos y son los más ricos. Ojalá yo encuentre un opresor, ocupante y ladrón que me haga rica".
EFE

Personajes: Presidente de la Generalitat de Cataluña
Funcionaria de migraciones de los Estados Unidos
Escenario: Ventanilla de migraciones del Aeropuerto John F. Kennedy

–Funcionaria: Buenos días. Su pasaporte, por favor.
–Presidente de la Generalitat: Buenos días. Sírvase. Qué curioso.

–F: ¿Qué es lo curioso?
–PG: Su nombre. Veo en su placa de identificación que usted se llama Jennifer Puig. Un apellido catalán. No sabía que hay catalanes de raza negra.

–F: Escuche, hable con propiedad. Soy una ciudadana estadounidense afroamericana.
–PG: Bueno, disculpe. Con sangre catalana.

–F: De eso nada. O por lo menos que yo sepa. El traficante de esclavos que trajo a mis antepasados de África se llamaba Puig, y cuando desembarcaron los registraron a todos con ese apellido. En cuanto a la sangre… es cierto que ese crápula violó a muchas de las mujeres del cargamento, pero ignoro si entre ellas estuvo alguna antepasada mía. Vamos a lo nuestro. ¿Profesión?
–PG: President de la Generalitat.

–F: Ah, presidente de una compañía de seguros.
–PG: ¡Ja, ja, ja! Ya lo decía el Molt Honorable. Todos confunden la Generalitat con una compañía de seguros. Por eso él contestaba "President de Catalunya".

–F: ¿El president era un mafioso?
–PG: ¿Cómo se atreve? ¡Más respeto, por favor! Es cierto que él y su familia están siendo injustamente perseguidos por haber hecho fortuna y que los blandengues lo han despojado del título de Molt Honorable, pero de mafioso nada, y para mí sigue siendo el Molt Honorable.

–F: Pues aquí, cuando hablamos de la honorata società nos referimos a la Mafia. Son sinónimos. Por eso me confundí. Veamos qué dice el ordenador. (Teclea, lee y levanta la mirada). ¿Usted milita en un partido de extrema izquierda revolucionaria enemigo de Estados Unidos?
–PG: ¿Se ha vuelto loca? ¿De dónde ha sacado semejante disparate?

–F: Cuide sus palabras o tendrá que verse con el servicio de seguridad. El informe de la CIA que tengo en la pantalla comunica que usted ha sido elegido por un partido comunista trotskista anarquista que se llama TAZA.
–PG: TAZA no, CUP. El partido que votó mi investidura es la CUP. La sigla de la Candidatura de Unidad Popular.

–F: CUP, TAZA, es lo mismo. Inglés, castellano. A cup of coffee. Una taza de café. ¿Así que usted lo confiesa? Lo ha elegido la TAZA, o la CUP, o como se llame el partido comunista trotskista anarquista, que además acaba de darle un voto de confianza y ha aprobado su presupuesto. Este informe de la CIA es muy completo y detallado.
–PG: Vayamos por partes. Me ha elegido Junts pel Sí, alianza de la que forma parte mi partido, el Partit Demòcrat Europeu Català, y nos vota la CUP porque ellos también apoyan la secesión.

–F: ¿La secesión? ¿Pero qué dice? ¿Ustedes todavía se niegan a emancipar a los esclavos, como los sudistas del siglo XIX? ¿No dijo que en Cataluña no hay negros?
–PG: No los había. Ahora los hay, los hay, cada vez más. Pero no exigimos la secesión por el color de la piel sino por la lengua.

–F: ¿El color de la lengua? ¡Qué ridículo! Los perros chow-chow tienen la lengua azul, las personas no.
–PG: Por la lengua, por el idioma. Nosotros hablamos catalán, ellos hablan castellano.

–F: Nosotros, ellos. Esto me recuerda el lenguaje de los racistas del Sur, de antes y de ahora. Pero usted me está hablando en castellano.
–PG: Porque usted no es catalana a pesar de su apellido y tenemos que entendernos. Todos nosotros hablamos también castellano. Ahí reside el problema. La mayoría lo usa en lugar de la lengua propia, que nosotros vamos a recuperar, sí o sí.

–F: Tan propia no será, si la mayoría no la usa. ¿Y por esa tontería quieren la secesión? Aquí los hacendados esclavistas tenían motivos económicos más serios.
–PG: Nosotros también los tenemos. España nos oprime desde 1714. Somos la nación más rica, ocupada por España, y España nos roba. Esto es lo que vengo a denunciar en Estados Unidos.

–F: Pues tendrá que explicarse muy bien. Yo soy su primera oyente y estoy hecha un lío. España los ocupa, oprime y roba desde hace tres siglos y son los más ricos. Ojalá yo encuentre un opresor, ocupante y ladrón tan generoso que me haga rica.
–PG: Es que somos los más europeos de la Península y los más emprendedores. Por eso somos ricos. Queremos ser la vanguardia del capitalismo en Europa y en el mundo.

–F (consulta la pantalla): Aquí leo que los comunistas trotskistas anarquistas, además de ser anticapitalistas, al revés de lo que ustedes dicen ser, los apoyan precisamente porque saben que, al desconectarse de España, Cataluña quedará automáticamente fuera de la Unión Europea y de la OTAN, y ese es un punto capital de su programa. ¡Hostia! Y leo que también se proponen anexarse el sur de Francia y parte de Cerdeña para crear los Países Catalanes. Dudo que eso los ayude a ganar la simpatía del resto de Europa.
–PG: La veo muy escéptica, señora. Sepa que el movimiento que encabezo va a repetir en Europa la epopeya de la lucha por los derechos civiles. Cuento, para eso, con el apoyo del pueblo de Cataluña. Y usted, que es ne… quiero decir, afroamericana, también debería apoyarnos porque somos los herederos de Martin Luther King.

–F (vuelve a consultar la pantalla): Aquí leo que tienen el 47,8 por ciento de los votos emitidos y el 36 por ciento del censo electoral. ¿No cree que exagera al decir que representa al pueblo de su región? Además, nuestro Martin Luther King defendía los derechos de las minorías y me parece que ustedes son una minoría que atropella los derechos de la mayoría. Incluida la que habla castellano.
–PG: Vea, yo no he viajado hasta aquí con un gran desembolso para que una empleada del aeropuerto me acose con preguntas malintencionadas. En mi país soy una autoridad muy respetada.

–F (sonríe): Sí, un molt honorable. Vamos a comprobarlo comunicándonos con su embajada.
–PG: ¡No! ¡No! ¡Con la embajada no! Ellos no deben entrometerse. Sabotearían mi misión. En España hay una dictadura como la de Erdogan en Turquía.

–F: No debe de ser tan dictadura si permite que usted gobierne a su antojo, que salga de su país para denigrarlo y, aparentemente, que regrese después sin temor de que lo metan preso. Como dicen mis amigos españoles, eso es un viva la Pepa. Además, los comunistas trotskistas anarquistas que le dan el voto de confianza a usted también se lo dan al dictador Maduro. Su bando no le hace ascos a los dictadores.
–PG: Ya entiendo por qué es tan hostil conmigo. Sus amigos españoles la han reclutado para la gran conspiración contra Catalunya. Nuestros enemigos nos acechan en todas partes. Y usted es uno de ellos.

–F: Para colmo, paranoico. Lo siento, pero no puedo sellarle el pasaporte ni autorizar su entrada en Estados Unidos. Sus contradicciones lo hacen sospechoso. Comunistas trotskistas anarquistas, vanguardia del capitalismo, secesionistas, simuladores de Martin Luther King, discriminadores de lenguas y quizá de razas, europeístas que quieren desconectarse de Europa. Hemos terminado.
–PG: No lo entiendo. La agencia de relaciones públicas que contratamos para gestionar esta visita, y que, entre paréntesis, nos cobró un pastón, prometió que nos estaría esperando en el aeropuerto una delegación de congresistas para ahorrarnos trámites. Y no veo a nadie.

–F (titubea): Ah, sí. Tiene razón. Esos que se acercan deben de ser sus acompañantes. Reconozco por las fotos y filmaciones al congresista Dana Rohrabacher. Ustedes han elegido bien a su intermediario. Es un político muy influyente. Republicano y más ultraderechista que nuestro presidente. No le hará ninguna gracia enterarse de que usted comparte su gobierno con comunistas trotskistas anarquistas. Aunque quién sabe… también lo llaman "el hombre de Putin en el Congreso". ¡Vaya tropa! Los que después de enriquecerse quieren imponer la secesión contra natura y discriminar las lenguas, y meten en la olla podrida a Trotski, y a Erdogan, y a Maduro, y a Trump, y a Putin. Dicen que la política hace extraños compañeros de cama. También los hace un burdel. Como en este caso.
–PG: Deje de desvariar y explíqueme quién es el personaje disfrazado de penitente con túnica y capirote que acompaña al congresista Rohrabacher. No estamos en Semana Santa.

–F: Es el que faltaba en su comitiva. No está disfrazado. Es su uniforme. La túnica y el capirote del Ku Klux Klan. Los del Klan acuden en tropel siempre que oyen la palabra secesión porque huele a racismo. Es el instinto que los mueve desde que se congregaron por primera vez para linchar a un esclavo emancipado. Coja su pasaporte y reúnase con el séquito de sus pares para entrar en Estados Unidos. Welcome.

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