Menú
Eduardo Goligorsky

((Las emociones justificadas))

Estarán más que justificados la emoción y el júbilo que experimentarán los catalanes racionales cuando por fin se libren de estos depredadores en las elecciones del 21-D.

Estarán más que justificados la emoción y el júbilo que experimentarán los catalanes racionales cuando por fin se libren de estos depredadores en las elecciones del 21-D.
EFE

La Justicia italiana condenó a 16 años de cárcel a Francesco Schettino, capitán del crucero Costa Concordia, por haber provocado el naufragio de la nave al desviarla de su rumbo y estrellarla contra unas rocas, y por haberla abandonado precipitadamente sin organizar las tareas de salvamento, que se convirtieron en un caos y dejaron 32 muertos. Si a Schettino lo hubieran juzgado en Cataluña, tratándolo con la benevolencia y complicidad que los correligionarios de Carles Puigdemont dispensan al desertor que dejó fracturada y en bancarrota la región que gobernaba, tras embestir las rocas del Estado de Derecho, al deshonrado capitán lo habrían premiado con el título de almirante de la flota de cruceros. Aquí, algunos escribas casi equiparan al depredador prófugo con el Mesías. Sostiene el editorial "El papel de Puigdemonr" (LV, 6/11):

Estos son unos comicios difíciles para el PDECat según todos los sondeos. Solo un candidato como Puigdemont podría frenar la caída de esta organización, atravesada por varias tensiones internas. El ascendiente de Puigdemont entre el votante independentista es muy superior al de las siglas que representa.

Aunque estoy en las antípodas del votante independentista, tengo mejor opinión de él que el editorialista. Y no puedo creer que siga dejándose encandilar por este émulo del capitán Schettino. Por otros caraduras sí, pero por este no.

Embaucador escurridizo

Algunos de nuestros adversarios nos ven a los defensores del imperio de la ley y el orden como frías máquinas de razonar. Se equivocan. También nos mueven las emociones. Emociones que no nacen de las vísceras sino del cerebro. Pensar que un embaucador escurridizo conserva parcelas de poder produce emociones diversas: vergüenza, indignación, miedo. Precisamente el miedo es la emoción que se repite con más frecuencia entre mis amigos liberales catalanes, que ven los injertos del autoritarismo y el maniqueísmo franquistas en el tronco de la república fallida.

Eso sí, debemos encauzar nuestras emociones, cuidando que estas siempre sean fruto del razonamiento. Nos saca de quicio, por ejemplo, que las brigadas de demolición que están arrasando Cataluña desvíen la atención de personas de buena fe trasmutando en presos políticos a los acusados de sedición, rebelión, malversación de fondos públicos, desobediencia a la autoridad y prevaricación. Y debemos denunciar a los enredadores con la crudeza que merecen. El predicador Francesc-Marc Álvaro monta descaradamente la nueva estrategia para enmascarar el objetivo intocable de la cruzada secesionista ("Asco y esperanza", LV, 6/11):

A los que han repetido que el independentismo fractura Catalunya les digo esto: la única fractura real y profunda –insalvable– se produce cuando Junqueras, los consellers y los presidentes de ANC y Òmnium son encarcelados como criminales. (…) Sea con tres o con una lista, el independentismo tiene que aprovechar este nuevo marco para reescribir la estrategia a largo plazo y con más realismo. Todo aconseja acumular fuerzas y hablar de democracia más que de república.

Toman a los ciudadanos por imbéciles y además se lo refriegan por las narices.

Convivencia dañada

Los engañabobos de Álvaro tienen, esta vez, corta vida. Basta dar vuelta la página del mismo diario, el mismo día, para topar con la realidad. Según la encuesta de GAD3, la fractura de Cataluña existe y quienes la han provocado premeditada y sistemáticamente son, ni más ni menos, los conjurados que están entre rejas o fugitivos. Veamos algunos datos, poco reconfortantes para los golpistas:

El 58,3% opina que Cataluña ha salido perdiendo en cinco años de proceso soberanista. Un 54,5%, que ha empeorado la imagen exterior. Un 61,3%, que Cataluña saldría de la Unión Europea si consiguiera la independencia. Un 66,6% se siente en su propio país cuando viaja por España. Un 52% se siente entre tan español como catalán y solo español. Un 67,2% opina que la economía ha empeorado en las últimas semanas. Y un 64,1%, que la fuga de empresas afectará a la economía catalana a corto y largo plazo.

Hay que destacar, por su impacto social, que el 68% opina que el proceso soberanista ha dañado la convivencia en Cataluña. Cómo no la va a dañar si nuevamente el mismo día el mismo diario informa de lo siguiente:

Ocho maestros declararán por "incitación al odio" – La denuncia fue interpuesta por familias de guardias civiles.

Denuncia que se suma a otras muchas de familias a las que ayuntamientos sectarios, maestros adoctrinadores y asociaciones de padres insolidarios acosan por exigir que se cumplan las sentencias judiciales sobre enseñanza en castellano.

Daños colaterales

Los insospechados daños colaterales de la sedición, cuyas víctimas han sido una multitud de ciudadanos inocentes, justifican aun más el rigor de las sanciones que fueron impuestas a los subversivos. Informa otro titular: "Insomnio colectivo – La incertidumbre causa ansiedad y daña sueño, rendimiento y relaciones" (LV, 12/10), y a continuación el artículo sintetiza los diagnósticos de varios especialistas:

Los pacientes también están acusando el impacto de la incertidumbre y de la falta de control sobre lo que les sucede, pero lo que manifiestan es que están hartos. (…) Cabe también estar un poco peor, con dolores de cabeza, diarreas, cambios bruscos de humor debidos al agotamiento, la frustración, la insatisfacción.

Nadie se salva de los efectos patológicos de este clima enrarecido. Lo advierte nada menos que la Generalitat de Catalunya, en un anuncio muy llamativo publicado a toda página (LV, 21/9), con un encabezamiento aterrador: "1 de cada 5 adolescentes vive un problema de salud mental". Y aconseja:

Conoce, aprende, habla – La ansiedad, la depresión y la anorexia son mucho más comunes de lo que creemos.

La mayoría de los jóvenes ocultan su problema por temor a ser discriminados; esto los conduce al aislamiento social, al fracaso escolar e incluso al suicidio. El 70% de estos problemas de salud mental comienza antes de los 18 años. Hablar abiertamente ayuda a los jóvenes a romper con el estigma.

Lo único seguro es que exhortarlos a ocupar la calle para contravenir las leyes no es un recurso terapéutico sino un factor tóxico, cuyos gestores merecen un justo castigo.

Herencia de los vándalos

¿Presos políticos? ¿Demócratas exiliados? Otro editorial ("Alerta por el empleo en Catalunya", LV, 4/11) se explaya sobre la herencia que nos han dejado estos vándalos disfrazados de políticos, empezando por la fuga de más de 2.000 empresas:

En Catalunya se han creado apenas 1.700 nuevos empleos en octubre –la quinta parte de la cifra registrada el año pasado en las mismas fechas–, frente a los 94.308 puestos de trabajo generados en el conjunto del Estado, con Madrid al frente. Asimismo, el paro ha subido en 14.698 personas en las empresas catalanas, una cuarta parte del total registrado en España.

(…)

En definitiva, la situación de las empresas, y por tanto del mercado laboral, es preocupante y puede complicarse aun más con la convocatoria de huelgas generales, que podrían comportar importantes pérdidas económicas adicionales. (…) En este sentido, canalizar las protestas contra el Gobierno de Madrid y los organismos judiciales sobre la base de parar empresas y servicios públicos, así como bloquear la movilidad, solo perjudica a los propios ciudadanos catalanes.

La hez de la política

Empujados por el desprecio a la buena gente a la que pedían los votos, los tahúres de la timba republicana no vacilaban en mentirla diciendo que sus modelos eran las monarquías holandesa y dinamarquesa. Hoy, acorralados por la Justicia, se abrazan a la hez de la política mundial: las ultraderechas flamenca y padana, la red de propaganda rusa, el impresentable Nicolás Maduro y los saboteadores de nuestra civilización Edward Snowden y Julian Assange. Hubo un muestrario en el show que Puigdemont montó en Bruselas con 200 alcaldes de su tribu. Allí estuvieron, según la corresponsal Beatriz Navarro (LV, 8/11), "eurodiputados flamencos del N-VA, un partido donde militan simpatizantes con el colaboracionismo nazi (…) y Bruno Gollnisch, del Frente Nacional, condenado en el pasado por antisemitismo", que "se sumaron a los gritos de ‘libertad, libertad’ por los líderes independentistas en prisión preventiva en España".

Según la misma corresponsal, fuentes del Gobierno belga comentaron: "Parece que el circo va a más", cuando se enteraron de que al hazmerreír se le había ido la olla y había vomitado su fobia tribal contra la democracia española y la Unión Europea.

Estarán más que justificados la emoción y el júbilo que experimentarán los catalanes racionales cuando por fin se libren de estos depredadores en las elecciones del 21-D.

Temas

En España

    0
    comentarios