Menú
Emilio Campmany

Camino de la basura

No hay justificación moral a dejarse convencer de que hay que seguir votando al PP.

No hay justificación moral a dejarse convencer de que hay que seguir votando al PP.
David Alonso Rincón.

Cuando hay que tomar una decisión, no es infrecuente que la moral aconseje un camino y las consideraciones prácticas, otro. Es un dilema que se da, por ejemplo, cuando se nos ofrece un ascenso para sustituir al amigo arbitrariamente despedido. La conciencia exige rechazar un puesto que es fruto de una injusticia. Desde un punto de vista práctico, sin embargo, esa actitud es estúpida porque el amigo se quedará igualmente sin trabajo, el puesto irá a parar a otro y la única consecuencia visible será haber dejado pasar una ocasión de ascender sin haber conseguido para el amigo en paro ningún beneficio.

Algo parecido pasa con el voto útil. Se presenta a las elecciones un partido que dice pensar como nosotros, pero que cuando gobierna hace exactamente lo contrario para congraciarse con quienes no le votan, abusando de la convicción de que, con tal de impedir que ganen los otros, le seguiremos votando pase lo que pase. Votar a cualquier otro partido que diga defender las ideas que supuestamente defiende el PP y de las que el PP reniega cuando gobierna es, como dice Esperanza Aguirre, tirar el voto a la basura. Las encuestas le dan la razón. Y, sin embargo, para que una decisión inútil empiece a dejar de serlo lo primero que hay que hacer es tomarla.

Volviendo al ejemplo del amigo despedido, desdeñar su puesto puede ser inútil si el siguiente a quien se le ofrece lo acepta. Pero ¿y si lo rechaza siguiendo a lo mejor nuestro ejemplo? Si todos a los que se les hace la oferta reaccionaran igual, el que cometió la injusticia se verá obligado a repararla. Y para que eso pueda pasar lo primero que tiene que ocurrir es que a quien primero se la formulen se niegue a aceptarla, que es lo que dará al siguiente la ocasión de hacer lo mismo. No hay justificación moral a dejarse convencer de que hay que seguir votando al PP. Tan sólo hay consideraciones prácticas. Pero si nos rendimos a ellas no sólo renegaremos de nuestros principios, sino que además estaremos socavando el esfuerzo de quienes, pensando como nosotros y enfrentados al mismo dilema, prefieran obrar en conciencia.

Me dirán que no es necesario tirar el voto a la basura para huir del PP y que se puede votar a Ciudadanos. No lo discuto para aquellos que vean reflejadas sus ideas en su programa. No es mi caso, ni creo que lo sea el de quienes confiaron en el programa del PP. De forma que estoy decidido. El día 24 me dirigiré con paso firme a depositar mi voto en la basura, el lugar donde el PP arrojó mis principios cuando decía que eran los suyos.

Temas

En España

    0
    comentarios