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Emilio Campmany

¿Quién dio la orden?

A lo mejor en este caso no es Rajoy el que está disparando, sino que son otros quienes lo hacen con el fin de perjudicar al mismo Rajoy.

Quien se enfrenta a la tarea de interpretar la realidad parte de la base de que todo comportamiento humano ha de ser necesariamente racional. Intentemos hacer esto con lo de Rato. Es cierto que Rajoy dispara contra todo lo que se mueve dentro de su partido con el fin de evitar que nadie esté en disposición de desplazarle en las próximas elecciones generales. Pero no había ninguna necesidad de abatir a Rato porque éste hacía tiempo que estaba abatido de dos buenos perdigonazos, Bankia y las tarjetas black. Claro que podría ser que la enésima andanada contra Rato esté dirigida no tanto contra él sino contra lo que representa, que no es otra cosa que el PP de Aznar. En este caso, exponer a escarnio público su imagen, detenido y empujado por un probo funcionario de la Agencia Tributaria, estaría encaminado a salpicar a todo el PP de Aznar, no vaya a ser que en el entorno del expresidente estuvieran afilando los cuchillos con los que cortarle el cuello a Rajoy tras fracasar en las elecciones de mayo. Bien, pero desacreditar a los hombres de Aznar no es modo de salvar al gallego, porque Rajoy es tan hombre de Aznar como pueda serlo Rato.

A lo mejor en este caso no es Rajoy el que está disparando, sino que son otros quienes lo hacen con el fin de perjudicar al mismo Rajoy. No debe olvidarse que quien se empeñó en poner a Rato al frente de Bankia fue precisamente el actual presidente del Gobierno. Dado que el fiscal García Berro, que fue quien dirigió la operación, pertenece a la Unión Progresista de Fiscales, podría sospecharse del PSOE en todo este asunto. Pero tampoco esto parece probable, porque la iniciativa fue de la Agencia Tributaria, dependiente de Montoro, y allí no hay socialista que tenga tanta mano como para montar la que se montó.

Puede finalmente que Montoro trabajara para sí y no para Rajoy. Pero, aparte de que Montoro es también del PP de Aznar, resulta imposible que el ministro de Hacienda aspire a nada para lo que haya que ser elegido por sufragio universal. Y sin embargo es Montoro el principal sospechoso de haber montado el circo, no sólo porque los agentes protagonistas del numerito eran de la Agencia Tributaria, sino porque fue él quien anunció que lo de la lista Falciani era una broma comparado con lo que enseguida se sabría. Si es Montoro el brazo ejecutor y no está trabajando en beneficio propio ni al servicio de Rajoy, ¿a quién le está queriendo hacer el favor? Sólo puede ser a alguien del PP que no tenga nada que ver con Aznar y se crea capaz de suceder a Rajoy si éste cae a consecuencia del previsible batacazo del 24 de mayo. Un batacazo que es evidente que la detención de Rato retransmitida en directo hace más probable. Con esos datos, quien sale es Soraya.

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