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Emilio J. González

¿A quién va a subir Méndez los impuestos?

Más impuestos como pretende Méndez implica menos consumo, menos inversión, más crisis, más paro y más pobreza. Claro que, a lo mejor, lo que quiere el líder de UGT es la estatalización de todo, el socialismo en su máximo esplendor.

La canción es la misma que en la década de los ochenta: hay que subir los impuestos y el gasto público en España porque su nivel está por debajo de la media europea, sin querer entender que las altas tasas de desempleo que, por entonces, padecía Europa, tenían mucho que ver tanto con la elevada presión fiscal como con el enorme tamaño de los sectores públicos. Ahora, UGT quiere hacer un revival de aquello al proponer que el Gobierno incremente la presión fiscal en siete u ocho puntos, con el fin de recaudar 80.000 millones de euros y cerrar así el déficit público, sin comprender que España sólo consiguió reducir la tasa de paro por debajo del 16%, el mínimo de los socialistas, al entorno del 8% a base de menos Estado y más mercado, de menos impuestos y más iniciativa privada.

Si hay que reducir el déficit, que hay que hacerlo y de manera urgente, por lo primero que hay que empezar es por adelgazar las cuentas del sector público de todos aquellos gastos superfluos e innecesarios, que son muchos, como las legiones de asesores de los dirigentes políticos, los ministerios, consejerías autonómicas y concejalías inútiles, los coches oficiales, las visas oro, las multimillonarias ayudas con dinero de todos a amigos, amiguillos y amiguetes –entre ellos los sindicatos– o los gastos para mayor gloria de quien los propone. Sólo así se podrá reducir de verdad el déficit y, si con ello no basta, entonces llegará el momento de hablar de subidas de impuestos: no antes, porque los elevados niveles de déficit que sufre España se deben a que los poderes públicos, en todos los niveles de la Administración, se creyeron que esto era Jauja y se dedicaron a gastar y gastar más con la recaudación extraordinaria que proporcionó la burbuja inmobiliaria. Esos recursos, sin embargo, ya no volverán y como los gastos que financiaron son superfluos, por donde hay que empezar es por recortarlos. Y con ello no me refiero a reducir la protección social, sino a aplicar la tijera a todo aquello que realmente no es necesario, que es mucho.

Méndez, sin embargo, no habla de recortar el gasto porque le afecta a él mismo a través de las multimillonarias subvenciones con que Zapatero compra a los sindicatos y porque, en el fondo, él es un verdadero socialista que cree en el Estado por encima de todo y a cualquier precio, aunque ello implique millones de parados y el dramático empobrecimiento del conjunto de la sociedad, que es lo que estamos experimentando en estos momentos como consecuencia de la aplicación de esas mismas ideas que está llevando a cabo ZP. Por ello, el líder de UGT a lo único que se refiere es a subir los impuestos de forma drástica, lo cual constituye un error económico mayúsculo porque, ¿quién va a pagarlos? Los ricos desde luego no, porque para eso ya tienen sus instrumentos fiscales para eludir al Fisco y todas las facilidades del mundo para llevarse su dinero de aquí si las cosas se ponen feas. ¿Las empresas? Lo último que necesitan las grandes compañías españolas es tener que soportar más carga fiscal que deteriore su competitividad y las pequeñas más impuestos que se coman sus más que menguados beneficios y les obliguen a despedir todavía a más gente o incluso a muchas de ellas a echar el cierre de por vida o a refugiarse en la economía sumergida, perdiéndose no sólo los tributos empresariales sino también la recaudación por renta y cotizaciones sociales de sus trabajadores. ¿Los ciudadanos? Pues si muchos ya casi no pueden llegar a fin de mes ya me dirán cómo van a comer o a seguir pagando la letra del piso si les suben más los impuestos.

Todo esto, además, tiene su efecto pernicioso sobre la crisis económica. Estudios recientes cifran en torno a los 150.000 puestos de trabajo el coste de la subida del IVA que acaba de aprobar el Gobierno, además de frenar los primeros brotes verdes de recuperación económica que empiezan a surgir, qué curioso, en la comunidad de Madrid de la liberal Esperanza Aguirre. Pues más impuestos como pretende Méndez implica menos consumo, menos inversión, más crisis, más paro y más pobreza. Claro que, a lo mejor, lo que en última instancia tiene el líder de UGT en la cabeza es la estatalización de todo, el socialismo en su máximo esplendor, y así no habrá ni parados ni nada porque el Gobierno se hará cargo de todo, aunque sea a costa de destruir lo poco que queda de riqueza en España y de acabar con la libertad. Nada como una buena crisis económica y medidas del tipo de las que propone Méndez para conseguir lo que por la vía de las urnas el líder ugetista y sus amigos del PSOE nunca lograrían.

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