Menú
Emilio J. González

El petróleo se la juega al Gobierno

El oro negro sigue subiendo, empieza a crear problemas con la inflación y desde el Gobierno no se han tomado medidas para evitarlo ni se han aprobado reformas estructurales que permitan compensar el impacto negativo de la factura energética.

Los socialistas llegaron al poder cargados de discursos sobre la productividad y la competitividad para descalificar la política económica del Partido Popular. Hoy, esas palabras no son más que papel mojado, mera retórica que no soporta el contraste con la realidad, mientras la economía se desajusta de forma paulatina sin que desde el Gobierno nadie haga nada para evitarlo. El precio del petróleo ha puesto en evidencia todas las limitaciones, carencias y vacíos del discurso de política económica del PSOE y de sus realizaciones en éste ámbito.

La cotización del petróleo ha vuelto a batir sus máximos históricos y no parece que esta tendencia vaya a cambiar en un futuro próximo. Por el contrario, todas las previsiones apuntan a que el precio del crudo continuará con su escalada, con lo que acaba de llevarse de por medio los objetivos de política económica del Gobierno, al menos para este año. El Ejecutivo, probablemente, ya puede despedirse de reducir la inflación por debajo del 3% al finalizar este año y de repetir las tasas de crecimiento económico del pasado ejercicio porque el petróleo se la ha jugado. El oro negro sigue subiendo, empieza a crear problemas con la inflación y desde el Gobierno no se han tomado medidas para evitarlo ni se han aprobado reformas estructurales que permitan compensar el impacto negativo de la factura energética, que en España es más fuerte que en otros países de la Unión Europea porque nuestra dependencia energética del exterior es muy superior a la de la mayor parte de nuestros socios de la UE, en parte debido a la renuncia a la energía nuclear.

El principal problema de la economía española en estos momentos es su pérdida constante de competitividad, un deterioro que obedece a una tasa de inflación muy superior a la media de la zona del euro cuyos efectos se reflejan en uno de los mayores déficit de balanza de pagos de los países de la OCDE. El Gobierno dijo que había que frenar esta tendencia a perder competitividad pero lo cierto es que ésta sigue deteriorándose a causa de una inflación creciente, que nos distancia todavía más de los países centrales del euro. El Ejecutivo también habló de aumentar la productividad para crear mejores empleos y aumentar la competitividad de la economía española, pero ni la productividad aumenta ni la pérdida de competitividad se detiene. Y es que es muy difícil conseguir algo cuando todo se fía a la suerte o a la inercia anterior, como hace el Gabinete, en lugar de tomar medidas y aprobar reformas estructurales. Así, ahora vamos a empezar a pagar todo lo que no se ha hecho en estos dos últimos años y que, dado el tiempo político en el que estamos, no se va a hacer.

¿Cuánto tiempo va a aguantar la economía en estas condiciones? Los cimientos sobre los que se asienta la actividad productiva en nuestro país son fuertes, gracias a la labor en política económica que realizaron los gobiernos del Partido Popular. Pero esta fortaleza no impide que, cuando no se hace lo que se debe y vienen mal dadas, como ocurre ahora con el precio del petróleo, las cosas no se vengan abajo: lo harán de forma paulatina debido al grado de resistencia de la economía española, pero lo harán. No hay más que ver las recientes palabras del gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, para entender que aquí la fiesta empieza a terminarse. Según Caruana, el consumo privado –afectado negativamente por las subidas de los tipos de interés y del petróleo y el gas natural–, la moderación del precio de la vivienda, los tipos de interés más altos y subiendo y la pérdida de competitividad de la economía española frenarán el crecimiento económico. Se veía venir porque una vez que se empezaron a agotar los efectos sobre el crecimiento y el empleo de la política económica del PP no había nada para reemplazarlos porque, en lo que va de legislatura, no se ha hecho nada al respecto.

Ahora empieza a llegar lo que nadie quería, aunque todavía no se sabe con qué intensidad. Y es que el petróleo se la ha jugado a un Gobierno instalado en la autocomplacencia, que está más preocupado por instalarse de forma permanente en el poder, a cualquier precio, que por gestionar la economía y el país.

En Libre Mercado

    0
    comentarios