El ministro de Industria, Joan Clos, saliendo al paso de las críticas vertidas recientemente tanto por el Partido Popular como por la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, acaba de decir que el Gobierno no interviene a favor o en contra de nadie en todo el asunto acerca del control de Endesa. Por lo visto, Clos, además de tener muy mala memoria, se cree que aquí nadie sabe interpretar las palabras y las acciones del Ejecutivo.
Sin ir más lejos, el propio Clos, junto con el director de la Oficina Económica de Moncloa, David Taguas, se reunió el pasado 16 de febrero con el consejero delegado de Enel, Fulvio Conti. Pocos días después de dicha reunión, y en el encuentro mantenido por Zapatero y Prodi, se acordó la entrada de Enel en Endesa y en la batalla por su control. Él mismo, incluso, adelantó lo que estaba por venir al manifestar que iba a haber sorpresas en la OPA de E.On. La sorpresa fue el desembarco italiano. Por si fuera poco, el pasado 9 de marzo, Taguas volvió a reunirse con Conti en Roma.
Clos también olvida que, en su momento, el Gobierno cambió las reglas del juego para darle más poderes a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), con el fin de que el organismo que preside Maite Costa frenara a E.On, razón por la cual la Comisión Europea va a llevar a España al Tribunal Europeo de Justicia. El Ejecutivo también acordó modificar la normativa sobre OPAs para permitir a Acciona, y ahora a Enel, llegar hasta el 30% del capital de Endesa sin tener que presentar una OPA. Dicho cambio aún está pendiente de su aprobación final.
Ahora, las intervenciones del Gobierno siguen produciéndose, aunque de otra forma porque así lo requieren las circunstancias. Lo que persigue el Ejecutivo es evitar a toda costa que Acciona venda a E.On su 21,4% de Endesa, lo que daría al traste con sus planes de que Enel se quedara con la eléctrica alemana, puesto que los alemanes, con la participación de Acciona en sus manos, no solo se convertirían en el primer accionista de Endesa tras la OPA sino que, incluso, podrían hacerse con más del 50% de su capital y dirigir Endesa, dejando a Enel fuera de juego. Por ello, el propio Clos acaba de anunciar un plan "renove" para las energías renovables, esto es, para sustituir los aerogeneradores actuales de baja potencia por otros más modernos capaces de producir más electricidad con el mismo viento. Además, también va a modificar la retribución a las energías renovables para favorecerlas con mejores precios y mayores rentabilidades.
Esto tiene mucho que ver con Acciona puesto que, desde el primer momento, la constructora ha estado interesada en quedarse con el negocio de energías renovables de Endesa. E.On no lo considera estratégico, con lo cual no tiene ningún problema en cedérselo a Acciona y, de esta forma, cerrar el acuerdo que anunciaba recientemente la prensa alemana. Y la reacción del Gobierno, a través del propio Clos, no ha sido otra que anunciar ese nuevo plan para las energías renovables con el fin de atraer a Acciona al lado de Enel, esto es, a que apoye a los italianos frente a los alemanes a cambio de que Enel le dé el tan deseado negocio de energías renovables y ella quedarse con el resto, que tendría como premio esta nueva política de ayuda gubernamental en forma de subvenciones y mejora en las tarifas. Ahora Acciona tiene que pensarse qué es lo que va a hacer pero, de momento, el Gobierno ha vuelto a hacer de las suyas, interfiriendo nuevamente en todo el proceso en contra de E.On y a favor de Enel, Acciona y, posiblemente, Gas Natural. Y luego Clos tiene la desfachatez de decir lo que ha dicho.
