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Emilio J. González

Mafo no da la talla

Los hombres dan su verdadera talla en tiempos de crisis. El gobernador del Banco de España está demostrando que no tiene mucha.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Mafo, está demostrando que no está a la altura de las circunstancias ni de la naturaleza de su cargo en el ejercicio del mismo. Con la que está cayendo en los mercados financieros como consecuencia de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, lo que se impone por parte de las autoridades económicas y monetarias es la transmisión de mensajes de tranquilidad, no sólo mediante palabras sino también, y sobre todo, mediante gestos, ya que en circunstancias como las actuales, cualquier gesto equivocado es interpretado por los mercados financieros como un síntoma de debilidad, de que algo no marcha como debe, y actúan en consecuencia. Pues bien, la crisis hipotecaria estalló el pasado 8 de agosto, aunque ya se veía venir en julio, y sin embargo, Mafo no ha comparecido en el Congreso de los Diputados hasta este martes.
 
Si esto ya es de por sí grave, lo peor de todo es lo ocurrido en los días previos al estallido de la crisis. El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, convocó con antelación la reunión del consejo que celebró el banco el 2 de agosto advirtiendo de que se iba a tratar en el mismo asunto de extrema importancia. Mafo, sin embargo, no participó en la misma. Cuando estallaron la crisis asiática de 1997 y la de la deuda rusa de 1998, Luis Ángel Rojo siempre estuvo al frente de todo y jamás dejó de asistir a reunión alguna, sabiendo la importancia para los mercados que supone el hecho de saber que desde el Banco de España se actúa como cabe esperar de él. Por eso Rojo siempre tenía mucha influencia sobre los mercados. Lo mismo cabe decir de su sucesor, Jaime Caruana, cuando le tocó lidiar toros similares como consecuencia del "efecto 2000", los atentados del 11-S y la guerra de Irak. Ahora, cuando a Mafo le ha llegado el momento de lidiar con la primera crisis de su mandato resulta que ha empezado por dar la espantada, después además de que el propio Mafo rompió el sistema tradicional de reparto de competencias con el subgobernador para asumir él, personalmente, las competencias en materia de supervisión bancaria. Así es que cuando había que empezar a dar la talla, el mensaje que se ha enviado a los mercados financieros es de cierta debilidad.
 
Aquellos polvos trajeron estos lodos y como todo se sabe en los mercados, siempre hay quien trata de sacar partido de ello. Este lunes lo hizo el presidente del Northern Rock, el banco británico al borde de la quiebra como consecuencia de la crisis, quien, queriendo distraer la atención sobre la entidad, utilizó la estrategia del calamar lanzando una nube de tinta para tratar de ocultar a los ojos de todos los problemas que padece el banco y evitar que, en estas circunstancias, otra entidad pudiera aprovechar la ocasión para hacerse con el control del mismo. Así, dijo que había tres entidades españolas que habían solicitado ayuda al BCE, cosa que el Banco de España desmintió enseguida. Pero el daño ya estaba hecho y las acciones de los bancos medianos españoles cayeron a plomo. Son las consecuencias de mostrar signos de debilidad en momentos de crisis.
 
Además, las circunstancias no estaban como para ausencias como la de Mafo. Él mismo ha reconocido en su comparecencia ante el Congreso de los Diputados que si la crisis continúa acabará por afectar directamente a España. Sin embargo, no hace falta que las turbulencias se prolonguen en el tiempo para que sus embates lleguen a nuestro país y el Banco de España tenga que preocuparse por ellos. La escasez de crédito en los mercados ya está afectando a las entidades españolas. Además, nuestros dos mayores bancos tienen una presencia internacional muy importante, tanto en Latinoamérica como en Estados Unidos y la Unión Europea. Y el propio Mafo ha dicho que esta crisis es una crisis de los países industrializados, no de las economías emergentes que, por ahora, parecen verse libres de ella. Por estas razones, Mafo tendría que haber estado desde el primer día al frente de todo, cosa que no ha hecho. Los hombres dan su verdadera talla en tiempos de crisis. El gobernador del Banco de España está demostrando que no tiene mucha.

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