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Emilio J. González

¿Qué hace ZP en Marsella?

El presidente en funciones debe renunciar ya mismo y permitir que la voz que hable por España en Marsella sea la de quien está legitimado por las urnas para tomar decisiones y comprometer al país. Zapatero ya no pinta nada en ese foro.

José Luis Rodríguez Zapatero no hace algo por España ni por casualidad. El presidente en funciones del Gobierno se ha empeñado en seguir en el cargo hasta el máximo posible y se ha negado a adelantar el traspaso de poderes al Partido Popular de forma inmediata, cuando la situación exige que haya lo antes posible un nuevo Ejecutivo que empiece a tomar medidas. ¿Razones? El apego al poder, el orgullo y todas cuantas puedan imaginar, pero una de las más importantes es que ZP quiere asistir a la cumbre europea de Marsella que se celebrará en la localidad francesa a principios de diciembre. Y ese es el problema.

No sé qué es lo que pretende Zapatero con semejante actitud. En Marsella nadie va a llorar por su despedida. Todo lo contrario; más de uno y más de dos van a respirar aliviados porque es la última vez que van a ver en ese foro a quien ha llevado a su país a traicionar a Europa y a quien, con su desgobierno de la economía, ha puesto en entredicho a la propia unión monetaria europea, con todo lo que ello implica. Merkel seguro que le ‘agradece’ el feo que le hizo cuando ganó las elecciones y Zapatero llamó a su contrincante, Gehard Schröeder, para felicitarle a él en vez de a la canciller alemana; o la que le jugó a E.On. Los polacos seguro que no olvidarán cómo los dejó tirados con cambio repentino respecto a la fallida constitución europea. Y así podríamos seguir país por país. Vamos, que nadie va a derramar una lágrima por nuestro futuro expresidente. Pero Zapatero se ha empeñado en acudir y la cuestión es para qué. Él ya no tiene capacidad alguna para comprometer a España en nada, y mucho menos cuando el protagonismo de la reunión, como no podía ser menos, se lo llevará la crisis del euro, de la que España es parte del problema. ¿Con qué voz nos va a representar ese individuo en semejante foro? Con ninguna.

Dadas las circunstancias, a dicha reunión tendría que acudir Mariano Rajoy en calidad de presidente, no como parte de la delegación española. Su voz allí sonaría más creíble porque tiene capacidad para comprometerse con los líderes europeos y porque, incluso, podría llegar a la cita habiendo anunciado ya un primer paquete de medidas económicas, como la descentralización de la negociación colectiva o el primer tijeretazo al gasto público con independencia de lo que, una vez en el poder, los del PP se encuentren en los cajones y debajo de las alfombras.

Hoy España necesita el respaldo de la Unión Europea para poder superar la crisis. Rajoy puede conseguirlo; Zapatero, no. Por eso, y por otras muchas razones, el presidente en funciones debe renunciar ya mismo y permitir que la voz que hable por España en Marsella sea la de quien está legitimado por las urnas para tomar decisiones y comprometer al país. Zapatero ya no pinta nada en ese foro y si espera que allí lo despidan a lo grande, se equivoca.

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