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Encarna Jiménez

Carne de señorita

Játiva y Oliva, dos pueblos ricos de la provincia de Valencia, son el escenario de una experiencia televisiva bastante chocante que ha montado Tele 5 durante esta semana. Desde hace un tiempo, esta cadena se ocupa de dar cobertura al controvertido concurso de Miss España. Al tinglado para seleccionar guapas nunca le falta la crítica de quienes pien-san que semejante evento es como un concurso de ganado en el que las señoritas hacen de terneras para entrar en la innoble ruleta de la fama por un año. Es tradición también, en este concurso, que esté en el jurado Luis María Ansón y que el carácter “delicado” de la elección lleve al público a pensar que hay tongo.

Este año, un grupo de mujeres feministas de Játiva criticó que el Ayuntamiento apoyara económicamente el desfile porque no parecía que fuera el asunto motivo de interés social. Sin embargo, por razonable que fuera el argumento, las señoras se tuvieron que batir en retirada cuando llegó el ejército de Tele 5 a la zona y, encima, se alojaron en el vecino pueblo de Oliva. Las feministas fueron tachadas de retrógradas y enemigas del desarrollo turístico del pueblo, cuando no de traidoras a su municipio.

El efecto “Gran Hermano”, que es el modelo que ha elegido este año Tele 5 para hacer del concurso de misses un culebrón con cámaras siguiendo todo el día a las chicas, no se acabó con la solemne tontería que hizo Teófila Martínez este verano. Si la alcaldesa de Cádiz nombró pregonero a Israel y le puso alfombra roja en la casa consistorial, sigue habiendo un montón de alcaldes que están encantados de poner los bienes del común a disposición de tinglados privados por salir en la tele.

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