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Encarna Jiménez

Cristina, la fina

Cristina García Ramos está empeñada en que su “Corazón, corazón” conserve un aire de elegancia que lo distinga de otros programas dedicados al cotilleo de famosos. Desde que los apellidos no son la única manera de adquirir popularidad y cobrar por ella, las que ejercen de recatadas, aunque vivan de la crónica de sociedad, intentan marcar las distancias con un mundo en el que arrasa Tamara y sus cuates. Pero el fenómeno es tan fuerte que por más alfombra, balcón del Hotel Ritz y traje oscuro que utilicen para disfrazar las noticias, no hay manera de librarse del tirón de los plebeyos.

Cristina García, que es muy aficionada a ejercer de cronista de la realeza europea, se planta en su sillón como si nada hubiera ocurrido en los negocios de la prensa rosa desde que “Tómbola”, “Gran hermano” y “Crónicas marcianas” empezaron a mover pasta a raudales con gente que no necesitaba más titulo que ser hijos de la televisión. El !Hola! de TVE intenta situarse en un terreno de buen gusto en el que sólo recoge la espuma del vertedero. Este fin de semana, Cristina con su suave acento y su “glamour” de alquiler ha sido capaz de presentar a Carmen Ordóñez y Belén Esteban como madres ejemplares y profesionales sin tacha. Todo un gesto, y una cursilada, eso sí, muy fina.

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