Menú
Encarna Jiménez

Más falso que un Goya

La ceremonia de entrega de los premios Goya alcanzó este año el más alto grado de cinismo y mentira de sus 17 años de vida... y de aburrimiento. Durante cuatro horas, TVE emitió en directo un verdadero tostón con guión antibélico en el que las estrellas invitadas iban de Galliano, Dior o Chanel haciendo juego con la chapa contra la guerra.

En el festival de la mentira, que deja a los programas del corazón como lagos trasparentes, todo fue una impostura del más alto nivel y la más baja moral. El ganador, Fernando León, es un niño bien que se hace el progre retratándose con los parados de Los lunes al Sol; los que hicieron el guión, el grupo “Animalario”, van a estrenar estos días la comedia Alejandro y Ana sobre la boda de la hija de Aznar con subvención de la Comunidad de Madrid. Los productores del cine español no arriesgan ni un duro, pero se hicieron los pobres ante una ministra que parecía que les debía, cuando lo único que hace es aguantar el chaparrón de un sector que se ha unido para extorsionar disfrazado de rojo. En la ceremonia, de la que Marisa Paredes dijo que sería “anarquista”, se impuso el modelo de ejército soviético. Nadie podía recoger el premio si no gritaba “Nunca mais” y leía el manifiesto contra Bush y Aznar. Era como una edición firmada por el Partido Comunista de Querejeta y Bardem pasada por años de subvención y unos cuantos modelitos.

El guión fue tan malo que, a su lado, el año de Antonia Sanjuan fue brillante. No hubo humor a cargo de esa pareja de brutos que, si tuviera más chispa, habría montado su actuación como un homenaje al dúo Sacapuntas, que en paz descanse.

Realmente el cine español está en crisis, en números rojos, nunca mejor dicho, pero después de ver el papelón de la ceremonia de los Goya, habrá que pedir que desaparezca de nuestra vista antes de que acaben hundiendo hasta la televisión.

En Sociedad

    0
    comentarios