Ahora que los calores mandan a los urbanitas al campo conviene recordar que TVE tiene un programa, casi clandestino, dedicado a la agricultura, pesca y turismo rural. Se llama “Agrosfera” y acaba de llegar a su número 300 con una discreción muy característica de ciertos espacios que son tan tenaces como desconocidos.
Su directora, la turolense Lourdes Zuriaga, lleva informando uno cuantos años sobre la intrincada legislación europea del mundo agrario y ha abierto una ventana al turismo rural, una forma de revitalizar el campo que tiene presente y futuro económico. Sin embargo, por lo que pudimos ver en su último programa, tendría que replantearse que, si quiere impulsar el sector primario y dar alas a los que viven y trabajan fuera de las ciudades, habría que dotar de mayor dinamismo y proyección a “Agrosfera”. El programa resulta oportuno y adecuado para tener informados sobre subvenciones a los agentes del sector primario. La información desde Bruselas es clara y ajustada, pero no conviene dejar de lado a ese público urbano para el que el campo es un lugar de visita y un territorio mítico al que se vuelve cada vez más.
“Agrosfera”, al estar reducido al esquema de programas que anidan en la segunda cadena con la etiqueta “servicio público”, tiene pocos medios y se le exige poco. Más o menos como a “Parlamento”, que es tan humilde y tan “de consenso” que puede resultar un adorno o una coartada de TVE. Su horario no es fijo, y se ubica en la mañana del sábado donde le encuentran acomodo. Tan pronto aparece a mediodía como a las nueve de la mañana, y en su media horita tiene que dar cabida a todas las comunidades autónomas. Su afán integrador es muy loable, pero sería de agradecer que en su espacio dedicado al turismo rural dieran información sobre alojamientos y rutas. A este informativo le hace falta esa gracia que ponía José Antonio Labordeta en “Un país en la mochila”. Un programa que hace sentir el mundo rural a aquellos que les gusta mirar a nuestro campo sin estar pendientes de Bruselas.
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