Menú
Encarna Jiménez

Política de salvar la cara

La información política cada vez ocupa menos minutos en te-levisión. Esta afirmación no tiene estudios fidedignos que la avalen, pero ha sido apuntada en un trabajo sobre lo ocurrido en las pasadas elecciones, cuando se redujo de manera notable el número de minutos dedicados a la política en beneficio de otras áreas de interés como deportes, catástrofes varias y asuntos sociales. Lo curioso es que las cadenas que lideran el descenso son TVE y Antena 3, y la que se resiste a disminuir el minutaje que le dedica es Tele 5.

Aunque hay razones para pensar que muchos telespectadores aprecian los temas "sociales" -que en último término reclaman decisiones políticas- lo cierto es que hay un alejamiento de la información política, y que la audiencia huye de ella en la medida en que tampoco los que mandan en las cadenas facilitan el encuentro. En campaña electoral, los líderes mayoritarios no se arriesgan a los debates cuerpo a cuerpo, pero los altos cargos chupan plano en cuanto evento se lo permite, acompañados de escritores, artistas, deportistas, representantes de colectivos marginados etc., en los mil y un foros que se celebran todas las semanas del año. Discutir de temas candentes en directo con un oponente o someterse a un debate con periodistas independientes parece cosa del pasado.

En TVE a lo más que se llega es a hacer entrevistas bastante controladas a cargo de Pedro Ruiz o Carlos Dávila, pero en ellas ya se da por descontado que, aunque vayan Ibarretxe, Pujol o Rato, el principio y el final están decididos de antemano. Dentro de algún tiempo, la mayoría de la población pensará que el encuentro entre un personaje conocido y un grupo de inquisidores o curiosos de la actualidad es un invento de “Tómbola”, y que los políticos sólo se encaran con los problemas delante de las cámaras a la hora del desayuno.

Como estamos en el imperio absoluto de la noticia rosa y el reportaje negro, parece que los políticos encuentran más cómodo ser “flasheados” en inauguraciones o cuando acuden a condolerse por los más desgraciados, antes que dar cuenta de sus acciones con argumentos. Si esto ocurre en campañas electorales, cuando se juegan el sueldo, una vez logrado ya no hay quien los pille. La victoria de la publicidad sobre la información y el debate es la manera que tienen de salvar la cara.

En Sociedad

    0
    comentarios