Con el imponente fondo del Monasterio de El Escorial, a las siete y diez de la tarde, y con un tiempo que era un regalo, José María Aznar y su hija posaron con evidentes muestras de dicha en una estampa del ¡Hola! de antes, el monárquico.
Hasta ese momento, Antena 3 y Tele 5 habían estado dando detalles de la llegada de unos invitados que daban pie más al comentario político que al de vestuario. Las televisiones generalistas han estado muy comedidas: Antena 3, que fue la más madrugadora, no apretó el acelerador. Ana Rosa se abstuvo de adelantar su vuelta, con lo que la cadena perdió una baza que nunca quiso jugar, y los tertulianos, además de sosos, cortaron la conexión cuando el desfile se puso interesante; TVE no alteró la programación habitual y tan solo entró en el asunto cuando llegó la hora de “Gente”, su programa de sociedad. Más hábil y acertada estuvo Tele 5.
El programa “A tu lado”, que de nuevo le moja la oreja a “Sabor a verano”, contó con el apoyo de unos comentaristas que cubrieron todos los flancos. Lucía Méndez, periodista competente que conoce muy bien el entorno de Moncloa, puso al público al tanto de todos los políticos y empresarios asistentes. Discreta, pero eficaz, en su información valoró la actitud de Zapatero de no amargar un día de felicidad familiar. Hilario López-Millán casi nos hace degustar el con-vite servido por José Luis y Maria Eugenia Fernández de Castro nos informó sobre protocolo con su estilo ausente de dogmatismo.
A las ocho y media ya pudimos ver unas imágenes del interior de la basílica, pero los comentarios jugosos seguían en el desfile de parejas sorprendentes. Piqué con Vargas Llosa, Julio Iglesias con Miranda y Boyer con Isabel Preysler; Rato con Montoro, y su mujer junto a Mayor Oreja y esposa. Inés Sastre y sus trajes, Pedro J. Ramírez con la siempre vanguardista Agata Ruiz de la Prada.
Los señores, desde el Rey en adelante, lucieron corbata azul, las señoras no se pusieron mantilla, salvo la madrina. La novia, clásica pero juvenil, con un ligero parecido a Ana Belén, era la viva imagen de una niña al que su padre la hizo “Reina por un día”.
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