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Encarna Jiménez

Rosa María Mateo, la portavoz

Rosa María Mateo se ha convertido una vez más en la cara de la noticia al ayudar a difundir el nivel de calentamiento al que se ha llegado en Antena 3. La reestructuración de la plantilla con el despido de 215 trabajadores de la cadena está generando conflictos graves. Encierros, huelgas y presencia policial se suceden desde hace días, aunque apenas trasciende a la opinión pública. Excepto cuando le toca a alguien que tiene una trayectoria lo suficientemente larga como para que se vea la profundidad del cambio.
 
Rosa María Mateo llevaba muchos años en Antena 3, probablemente tenía un buen sueldo y no es difícil pensar que en estos momentos su nivel de rendimiento no era grande. Desde el punto de vista empresarial, la rescisión de su contrato puede tener el mismo sentido que la de los 214 trabajadores que tienen que abandonar el puesto junto a ella, pero el hecho de que a una persona que tiene cara y ojos reconocibles por el gran público no la hayan tratado con especial cuidado ha sido un error por parte de la empresa. No negociar con ella ni comunicarle personalmente el despido ha sido un error de cálculo de la nueva dirección que tendrá sus consecuencias.
 
Para empezar, los jefes de comunicación de Antena 3 se han tenido que tragar el sapo de quedar como unos zafios en la negociación al ver cómo Rosa María no ha tenido empacho en identificarse con un colectivo en peores condiciones que ella misma y poner la cara colorada a quienes, según sus palabras publicadas en ABC y El Mundo, tratan a los trabajadores “como a cerdos”.
 
Aun entendiendo el derecho de la empresa a lograr la rentabilidad de la manera que considera pertinente dentro de la legalidad, lo cierto es que, desde fuera, da la sensación de que en el barullo del recorte de gastos nadie piensa en cuál es el proyecto de la cadena, que no tiene una línea definida en los programas de entretenimiento y está acometiendo el desguace en los informativos que capitaneaba Sáenz de Buruaga sin que se vea la alternativa. Es posible que empiecen a definirse cuando tengan barrido el patio, pero van a ir muchas cosas a la basura, entre ellos Jesús Hermida, Olga Viza o la propia Rosa María Mateo, las plantillas de los centros territoriales y corresponsales de guerra como Carlos Fernández.
 
De momento, las movilizaciones se han detenido por el miedo de los expulsados a perder las indemnizaciones, pero el desgaste de Antena 3 continúa y a ello contribuye la falta de tacto con profesionales que todavía pueden ser oídos y vistos aunque no les enfoquen las cámaras de Antena 3.

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