Hemos entrado en la recta final de “Operación Triunfo”, el programa que le salvó la temporada a TVE gracias a la confluencia de distintos factores, entre otros, el empeño de la productora por montar un negocio “integral” que desbarató el mercado de la música en España. Esta semana tocaba elegir la canción seleccionada para competir en el próximo festival de Eurovisión y, dentro de unos pocos días, sabremos quién va a ser el representante de la televisión pública en Riga, o donde se dejen. El panorama es bastante menos emocionante que hace un año y, sobre todo, el programa y sus negocios colaterales están siendo analizados, e incluso denunciados con cierta virulencia por algunos medios, en especial por el diario ABC, que ya ha publicado algunos reportajes sobre las idas y venidas de los contratos entre TVE y Gestmusic-Endemol. También ha puesto bajo su lupa las condiciones que impone Carlos Lozano para presentar “Operación Triunfo” y todo su “merchandisig”, verdadera gallina de los huevos de oro de un montaje en el que TVE está a expensas de las ganas que tenga Gestmusic de poner en marcha un dispositivo de largo alcance.
A pesar de que con la selección de Ainhoa y su impacto en la política vasca el concurso se animó, no va a volver a repetirse el impacto de Rosa, Bisbal, Chenoa y Bustamante. Las canciones presentadas a concurso son de perra y media y la adjudicación de melodías a los finalistas, Beth, Ainhoa y Manuel Carrasco, que hizo la productora, no convenció al público. La candidata más popular, Ainhoa defendió un tema malo, Carrasco hizo el papel de guapo con balada y Beth fue la más favorecida. Parecía que estaban buscando una voz de más largo recorrido antes que una candidata popular que se pueda quemar en la primera tanda de conciertos como le ha ocurrido a Rosa, un verdadero juguete roto en manos de Gestmusic-Valemusic.
A TVE cada vez le es más difícil controlar el monstruo, que ya no es sino parodia de lo que significó el año pasado. Por mucho que se pinte la barba Uribarri, “Operación Triunfo” ha envejecido y está siendo vigilada muy de cerca por los medios de comunicación privados que van a seguir día a día la estrategia comercial de una televisión pública que ha cambiado el panorama de los negocios musicales y audiovisuales en España. “Operación Triunfo” ya no tiene bula.
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