Al convite de “Operación triunfo” no podía faltar el eterno comentarista del festival de Eurovisión: José Luis Uribarri. El hombre del que decía Manolo Gómez Bur que “tiene más erres que el Espasa” es como la enciclopedia andante del concurso canoro que más juego ha dado en la historia de la televisión. El lunes, en la gala dedicada a seleccionar las canciones que defenderán los tres finalistas, se convirtió en la voz histórica que hablaba desde la experiencia.
A pesar de estar retirado, su buena memoria y el afán por seguir en el “show business” le impulsaron a ser el protagonista. Sus consejos desplazaron a los de Nina que, al final del programa, reconoció que, en su participación en el festival a finales de los ochenta, su principal referente era la voz del experimentado profesional.
La vuelta de Uribarri es una de las pocas cosas simpáticas que han ocurrido en “Operación triunfo”, un concurso que es una maquina de ventas en la que, de vez en cuando, juegan con el recuerdo de los representantes españoles. Ver a Raphael, Paloma San Basilio, Mocedades, Betty Misiego y Salomé resulta más entretenido que asistir al encumbramiento de Bisbal, Bustamante y Rosa. Ellos se han encontrado con la oportunidad de su vida. Algunos han aprendido a cantar canciones tópicas. Están viviendo lo que nunca soñaron. Por eso no viene mal que, desde el pasado, les hable el “predictor” del festival, el imprescindible y, en teoría, jubilado, Uribarri.
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