José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Almodóvar fueron los invitados en “La noche de Fuentes y Cía.” Ambos están en campaña. El cineasta vendiendo su última película y el Secretario General del PSOE intentando eliminar la sombra de Felipe González. Esta semana, Zapatero tendrá la oportunidad de salir en TVE, según anunciaron en Tele 5, en una charla con el jefe de los informativos de la cadena pública pero, para hacer boca, compareció antes en el programa de Manel Fuentes como lo hiciera Felipe González el día en el que se estrenó el programa.
Fuentes es un entrevistador que no ataca a sus invitados, aunque que les hace pasar por el aro. Se sitúa en una posición más alta, mete a Bermúdez o Quique San Francisco para que intervengan en la conversación y controla el resultado. Hace falta ser muy fiera, como es Almodóvar, y dominar el medio, para llevarse el gato al agua en contra de la mecánica del programa. No es el caso de Zapatero que, a pesar de que tenía el público a favor, no pasó de mostrarse como una persona correcta a la que le falta pegada.
Para empezar, es difícil que un líder socialista borre la imagen de Felipe González si hace gestos idénticos a él. Tampoco encaja en un programa que utiliza el humor recurrir a anécdotas de romántico enamorado o de “rodríguez” al que se le queman los alimentos en el microondas por no calcular el tiempo del descongelado. Aunque Fuentes le preparó dos vídeos de crítica a líderes del Partido Popular, uno de Fraga y otro de Aznar, casi salieron más beneficiados los criticados, que tenían un carácter más definido, que al que se lo ponían todo en bandeja. Sólo faltó que recurriera a una frase de Ana Botella para ironizar sobre la retirada de Aznar para ver que no hay manera de que hable sin interpuestos.
Con estos mimbres, no es extraño que le den cancha en TVE, porque mucho tendrá que cambiar en dos días para que consiga revalidar su imagen en la cadena pública.
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