Menú
Enrique de Diego

Eta-Eh, a reventar las elecciones

La consigna de Eta a sus simpatizantes de que voten con el llamado “DNI vasco” va mucho más allá del gesto de provocación para ser una apuesta clara por el conflicto civil atacando a la misma médula de la democracia. Se trata de reventar las elecciones por el clásico sistema fascista de la patada en la urna, en versión moderna, puesto que ese es el efecto de introducir un voto ilegal: todas las papeletas quedan fuera del recuento.

La fórmula permite, además, convertir la jornada electoral en una manifestación a gran escala de kale borroka, de terrorismo callejero en las mismas puertas de los colegios electorales. Puede darse el caso de que el presidente de la mesa sea de Eh y pretenda permitir el voto con el carnet alegal. Eso generará un conflicto con los interventores. O que no lo permita, con lo que los militantes de Eh se manifestarán en los alrededores del colegio electoral para que los votantes tengan que pasar por medio de auténticos piquetes violentos y coactivos. Lo que trata de impedir la banda terrorista es tanto una victoria de los constitucionalistas, como la misma claridad del resultado, pues ello afecta a su legitimidad. El “DNI vasco” es un instrumento totalitario de guerrilla urbana.

Nunca ha sido más obvio que Eh es un partido dedicado a intentar destruir a la democracia. Con este nuevo pulso, las elecciones del 13 de mayo son aún más decisivas de lo que pensábamos, y era mucho. Toca al gobierno vasco y a la policía autónoma asegurar la limpieza de los comicios, la legalidad del resultado y la seguridad en la jornada electoral. El “DNI vasco” es una de las consecuencias de Estella/Lizarra, una de las bromas pesadas del contubernio nacionalista, pues si bien la política hace extraños compañeros de cama, nadie en su sano juicio se mete en el lecho con gentes que ponen bombas en el somier.

Las urnas son el antídoto contra la guerra civil, que es la apuesta de Eta, hasta ahora con la estúpida complicidad de Arzalluz, que en su fatal arrogancia ha caído en el peor error: pensar que podía utilizar en su favor a los violentos. Sólo a un personaje de tan poca talla moral se le puede ocurrir tamaño disparate.

En España

    0
    comentarios