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Enrique Navarro

De Andalucía a Madrid

Ciudadanos debe articular una estructura nacional con miles de candidatos que tengan tirón por sí mismos.

Los resultados de unas elecciones autonómicas como las andaluzas tienen una lectura muy particular, y no deben ser automáticamente trasladables al conjunto nacional. Incluso en los peores años del socialismo, el PSOE ha seguido gobernando en Andalucía. El peso de la izquierda en el sur sigue siendo muy relevante y hunde sus raíces en una situación económica muy particular que apenas ha evolucionado. Para el Partido Popular estos resultados, siendo muy negativos, no pueden considerarse un hundimiento, ya que ha debido soportar el nombramiento de un candidato desconocido y con escaso tirón, así como las consecuencias de gobernar en un periodo muy difícil para el país.

Pero teniendo en cuenta lo anterior, sí existen al menos varias claves que debemos meter en la mochila para la preparación de las próximas campañas.

Podemos es una realidad que, aunque no ha alcanzado los objetivos que vaticinaban las encuestas, tiene un respaldo social amplio y muy extendido entre sectores no solo de la izquierda. Solo así se explica el trasvase de votos de PP a Podemos, ya sea de forma directa o indirecta, a través del PSOE. Andalucía no era su mejor campo de juego, al carecer allí de estructura política, pero ha sabido hacer que su mensaje llegara, apoyado en una buena candidata, y será muy relevante en otras regiones de España.

El PSOE, a pesar de la corrupción y de los réditos negativos de la gestión del gobierno de Zapatero, continúa teniendo una base electoral sólida. En Andalucía se ha visto sin duda muy soportado por el carisma de su candidata, y si hace un par de años era un partido que casi se daba por deshauciado, estos resultados le devuelven a la escena política. Con Susana Díaz volcada en gobernar en una situación muchísimo más complicada que la que dejó, Pedro Sánchez tendrá margen para liderar el partido hasta final de año.

El Partido Popular no ha sabido sacar provecho a los resultados económicos en el gobierno; pero no puede considerarse descalabrado, y cabe esperar que obtenga mejores resultados en las elecciones de mayo y en las generales. No obstante, el zarpazo que ha metido Ciudadanos a su base electoral es un toque de atención muy serio. El PP no pierde votos por la derecha sino por el centro. Por otro lado, sus logros no consiguen oscurecer la deficiente política de comunicación, su escasa sensibilidad social y los casos de corrupción. Si no es capaz de corregir estos dos aspectos en los próximos meses, su resultado electoral será muy negativo y de consecuencias imprevisibles.

Izquierda Unida ha sufrido un fuerte retroceso, pero no ha sido de tal magnitud como para anunciar el final de la coalición y su integración en Podemos. Alberto Garzón podrá disputar a Podemos el liderazgo de la izquierda, al representar mejor los valores de la izquierda tradicional que Podemos, que incide más en el populismo peronista transversal.

Ciudadanos ha superado todas las expectativas en una comunidad donde apenas tiene dos mil afiliados, muy concentrados -y la mitad con menos de tres meses en el partido-, y un candidato poco conocido. La principal consecuencia es que ha dejado de ser un partido regionalista para dar el salto a la política nacional con fuerza y capacidad de decisión, y su líder es ahora el más valorado a nivel nacional.

Sin embargo, Andalucía era una sola región y un parlamento. En mayo deberá hacer frente a 13 elecciones autonómicas y centenares o quizás miles de municipales, y Albert Rivera no va a poder ni siquiera estar en todas las comunidades sino un par de veces. Este es el gran reto de Ciudadanos: ser capaz de articular una estructura nacional con miles de candidatos que tengan tirón por sí mismos para asumir el gobierno en muchas instituciones en dos meses. Ahora, el mayor riesgo para los partidos emergentes que pretenden acabar con el bipartidismo es fracasar en las instituciones por falta de preparación o por casos de corrupción, que son más difíciles de evitar cuando se trata de una eclosión de listas. Tener al líder mejor valorado no es suficiente, y estas elecciones pillan a Ciudadanos con escasos recursos y sin estructura. Sin embargo, nadie va a justificar a Ciudadanos por un mal resultado por estas causas. Tanto Podemos como Ciudadanos deben acentuar la tendencia creciente en estas municipales y autonómicas si quieren perdurar en la política española de cara a las generales.

Ciudadanos no tiene tiempo para dormirse en los laureles, la campaña de mayo ya ha comenzado y su líder, por mucho spinning que haga, no será capaz de soportar todo el peso; pero sin él, el partido todavía no existe, por lo que deberá hacer un esfuerzo todavía mayor. Por lo menos ilusión no les falta, que es lo que más echan de menos PP y PSOE, y esta es su principal baza.

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