Menú
Eva Miquel Subías

Escucha y compórtate... 'mademoiselle'

Dejando de lado la delgada línea roja que separa el orgullo de la vanidad, las palabras del expresidente de la Generalitat denotan cierto tufillo machista

El más célebre y glorioso ex President de la Generalitat de Catalunya nos sigue deleitando con manuales de memorias. Es lo que tiene haber permanecido en el mismo cargo más de una veintena de años y haber acumulado antes, durante y después de su mandato un excelente repertorio de anécdotas, vivencias y capítulos tan diversos como apasionantes.

Pocos días atrás y en el mismo escenario donde tuvo lugar el conocido Pacto del Majestic, el Molt Honorable presentaba su nuevo ejemplar y como ocurre con toda promoción, concedió la pertinente entrevista a TV3.

Como seguro ustedes sabrán, el Partido Popular de Catalunya ha solicitado al Govern que interrumpa la subvención de 1,4 millones de euros a la entidad Òmnium Cultural a favor de medidas de corte social que están viéndose afectadas por los recortes o reajustes –como ellos prefieren denominarlos- al hilo de la grave crisis económica.
Y Jordi Pujol, al ser preguntado por este asunto, no hace otra cosa que arremeter contra la Presidenta del PPC de una manera un tanto llamativa, en pleno fragor de la dialéctica política: “Debería tener un punto de contención… escucha chica, compórtate, compórtate”, para añadir, contundente, que “la diferencia que va de (Alejo) Vidal-Quadras a Alicia Sánchez-Camacho es la que va del orgullo a la vanidad”. “Él es orgulloso y ella vanidosa”, añade, por si no nos había quedado suficientemente claro.

Dejando de lado la delgada línea roja que separa el orgullo de la vanidad, sus palabras denotan cierto tufillo machista. Y en defensa de ella ha asomado la Secretaria General de los populares. De Cospedal le ha recordado al octogenario President que la líder del Partit Popular de Catalunya se merece un respeto, no sólo como mujer, sino por encontrarse ésta perfectamente legitimada en las urnas y en las instituciones. Algo obvio que nuestro invitado parece haber olvidado.

Justo en el preciso momento en que el concepto “mademoiselle” desaparece de todos los impresos oficiales franceses, por ser éste considerado machista, se nos arranca el Sr. Pujol con un baile de improperios hacia la mujer que lidera actualmente la tercera fuerza política de Cataluña. ¿Compórtese? ¿Escucha chica? ¿Pero qué expresiones son éstas en pleno siglo XXI?

Créanme si les digo que ese tonillo despectivo no habría sido empleado con el antecesor al que tan sutilmente califica de orgulloso. En este caso, sus acciones fueron mucho más demoledoras que las palabras. 

Pero una cosa me gustaría decirle a mi querido ex President. Seguro que es sabedor de que su –nuestro- paisano Jaume Balmes, desgrana, a través de sus muchos tratados filosóficos, los matices que diferencian el orgullo de la vanidad. Y si bien ambos apelan al culto de sí mismo y a la exageración del amor propio, el orgullo quiere la gloria pero con cierta dignidad y la vanidad así también la desea, pero con lánguida pasión.

Aunque en definitiva, lo que se deduce al final de sus precisas explicaciones y descripciones es que tanto el orgullo como la vanidad son dos claras expresiones de la soberbia, pedazo de pecado capital donde los haya. Y ahí es donde Jordi Pujol navega a gusto y a sus anchas.

Porque una servidora está convencida que más allá del machismo, más allá de la incuestionable altivez, más allá de un cierto resentimiento y creencia durante tanto tiempo en que verdad sólo había una, la suya; Tanto tiempo creyendo en un único modelo de país, una única manera de amar a tu tierra, un único modo de actuar, conduce a lo que conduce.

Y como una servidora es educada, jamás le perdería el respeto a una persona mayor y de notable recorrido. Pero una pequeña licencia sí me voy a permitir. Y es, simplemente, recordarle aquello de que contra la soberbia, humildad. Y cierta modestia, president. Que ja n´hi ha prou (ya está bien).

En España

    0
    comentarios
    Acceda a los 5 comentarios guardados