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ECUADOR

Correa, contra la libertad de expresión

Una judicatura que estimula la censura de la prensa y se sitúa claramente del lado de un gobernante soberbio, medio tocado y aspirante a dictador, no garantiza, precisamente, la ecuanimidad y la rectitud legal.


	Una judicatura que estimula la censura de la prensa y se sitúa claramente del lado de un gobernante soberbio, medio tocado y aspirante a dictador, no garantiza, precisamente, la ecuanimidad y la rectitud legal.

El caso de El Universo, el diario ecuatoriano hostigado por el presidente Rafael Correa, asienta mi teoría sobre el empleo de la Constitución y las leyes de un país como armas por parte de sepultureros de la democracia y las libertades; su objetivo es gobernar sobre un pueblo ciego y sordo.

Así es muy fácil que los candidatos a dictadorcitos del siglo 21 se perpetúen en el poder y establezcan una tiranía.

El caso de El Universo comenzó el 6 de febrero de 2011, cuando el periodista Emilio Palacio publicó un artículo sobre Correa en el que podía leerse:

El dictador debería recordar, y esto es muy importante, que, con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente.

El articulista se refería al perdón que el presidente Correa dio a varios agentes protagonistas de los hechos del 30 de septiembre de 2010, cuando el ejército rescató al mandatario de un pretendido secuestro por parte de esos policías que algunos suponían eran sublevados.

Hay dudas sobre si esos hechos fueron auténticos o un plan de Correa para reforzar su vía hacia la autocracia, amparado por herramientas que la democracia latinoamericana proporciona a quienes saben usarlas en provecho propio.

El indulto se vio sospechoso, dado que Correa, el día del posible falso motín, mostrándose arrogante y fuera de control, acusó de golpistas a los policías.

Lo publicado por El Universo de cierta manera puso a pensar a los ecuatorianos, por lo que Correa recurrió a la justicia. La Corte Nacional ratificó finalmente la pena por injurias dictada previamente por un juez contra los directivos del diario y contra el propio Palacio: 3 años de prisión y multa de 40 millones de dólares.

Correa está feliz y amenazador; histérico, chilla como acostumbra que se defenderá de lo que llama prensa hostil:

La libertad de expresión es un derecho de todos, no sólo de los que tienen plata para montar un periódico.

Esto no es sólo una peligrosa censura, sino una lucha de clases, azuzada por un mandatario rencoroso con quienes lo ven con desconfianza por sus ideas socialistas turbulentas y confusas.

El director de El Universo, Carlos Pérez Barriga, se refugió en la embajada de Panamá. Sus hermanos, César y Nicolás, ya están en ese país. El editorialista Palacio ha pedido asilo en los Estados Unidos. Correa dice que no son perseguidos políticos, sino reos de la justicia común. Es decir, ejercer la libertad de expresión en Ecuador ahora es un crimen.

En este caso no hay prensa hostil, sino un régimen abusivo que, valiéndose de los mecanismos democráticos, con apariencia legal, intenta controlar la opinión pública y las noticias para esconder sus propósitos dictatoriales.

 

raulbenoit.com

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