Menú

Exteriores

EL SILENCIO SIEMPRE ES CÓMPLICE

El presidente Uribe y Ayaan Hirsi Ali

Siempre me he preguntado qué parámetros se emplean en la prensa para decidir qué se pone en la primera plana. Por mucho que haya escrito en los medios a lo largo de los años, jamás tuve poder ni cargo para escoger titulares. La cuestión me inquietaba en una época, ya remota, en que la gran mayoría de los diarios españoles subrayaban las mismas cosas, y me inquieta más aún hoy, cuando las portadas difieren casi todos los días.
Imagen tomada de http://www.m-city.org.
EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Síndrome de retirada

No bastaba con lo sucedido en la cárcel de Abu Ghraib, unos hechos a los que Bush dio demasiada importancia, con torpeza, en una reciente rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca con Tony Blair. Tampoco con Guantánamo, sobre el que se puede discutir el estatuto jurídico que le sirve de pretexto, pero no el trato que reciben los presos, con más atenciones de las que jamás recibieron, ni recibirán, en sus países de origen. Ahora han llegado las imágenes de unas supuestas matanzas de civiles, niños incluidos, así como del tiroteo de dos mujeres, una de ellas embarazada y de camino al hospital para ir a dar a luz.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad.
ORIENTE MEDIO

No a la estratagema de Teherán

De repente, el Irán revolucionario ha ofrecido a EEUU entablar conversaciones directas. De repente, los sospechosos habituales –comentaristas europeos, progresistas americanos, analistas disidentes de la CIA, Madeleine Albright...– instan a la Administración a que recoja el guante. No es raro ver a un régimen como el de Irán (despótico, internamente débil, que siente que el mundo se le viene encima) intentar una estratagema tan transparente para sacudirse la presión. Lo raro es ver la cobarde celeridad con que otros la hacen suya.
El presidente de EEUU, en una imagen de archivo.
CRÓNICAS COSMOPOLITAS

¡Con lamentos a otra parte!

Yo no estaba en Washington, no asistí a la reunión entre George W. Bush y Tony Blair; sólo conozco, como cualquier quisqui, fragmentos de las declaraciones de ambos. Pero no es necesario ser diplomado de la Escuela de Periodismo de El País o de Clarín para saber que todos los medios del mundo iban a hacer hincapié en la retahíla de que Bush y Blair "reconocen sus errores en Irak". Parece increíble que sean tan ingenuos –o tan tontos– como para ofrecer en bandeja de plata, a sus críticos, adversarios y feroces enemigos, la mejor fusta para ser azotados.