Menú
Federico Jiménez Losantos

América, un posible destino para Aznar

Aunque las declaraciones a la prensa en el extranjero de los presidentes del Gobierno suelen tener algo de juego sonámbulo o de travesura solemne, es posible que las de Aznar en su viaje a los Estados hispanos de los USA hayan dado una clave importante para su destino político, que en buena lógica deberá buscar un hombre, o mejor, un político que deja voluntariamente el poder con sólo cincuenta años y una excelente imagen nacional e internacional. Dos referencias hizo al respecto el presidente del Gobierno: la primera, que "dos políticos en casa son demasiados", por la que cabe entender que la naciente carrera política de Ana Botella en el Ayuntamiento de Madrid va separarse de la de su marido, que en buena lógica continuaría en el extranjero; la segunda y acaso la más importante, que trabajar en las relaciones de España con los USA a través del creciente mundo hispano es uno de sus objetivos.

Hasta ahora, las distintas quinielas sobre el futuro de Aznar apuntaban siempre a Europa, en las distintas posibilidades presidenciales que ofrecen unas instituciones en plena redefinición de su papel. Conviene recordar que Aznar preside la Internacional Centrista, la antigua internacional democristiana rebautizada en México hace un año y, sobre todo, que es el líder del Partido Popular Europeo, el más importante de la Unión Europea junto al Socialista. Aznar es una referencia indiscutible en la derecha política del viejo continente y su papel junto a Bush y Blair en la guerra de Irak no ha hecho sino reforzar su perfil frente a los líderes de la "Vieja Europa" al modo de Chirac, cuya política económica arroja unos resultados aún más penosos que su demagógica política internacional. Lo normal, pues, era y es que Aznar busque su sitio en la UE.

Sin embargo, es probable que en lo personal, en lo intelectual y también en lo político, Aznar se sienta mucho más a gusto en América, donde todo está por hacer, que en Europa, donde todo está demasiado hecho y desde hace demasiado tiempo como para intentar algo nuevo. Grande es el reto de crear la Unión Europea, pero salvo el forcejeo diplomático y la defensa de los intereses nacionales, el papel español no puede ser muy importante. En cambio, la figura de Aznar es el fenómeno más importante y novedoso en las relaciones España-USA desde Gálvez y la independencia de las 13 Colonias. Durante más de dos siglos, España ha padecido como el país católico por excelencia la Leyenda Negra forjada por protestantes, judíos o masones, que por distintos motivos, a veces contradictorios, la distinguían con una animadversión bastante correspondida. El antiamericanismo popular en España es reflejo de esa tradición, aunque Francia o Alemania, México o Argentina la padecen igual o más y con menos motivo. Pero además España padecía y padece el "criollismo" o el "indigenismo" de muchas de las repúblicas que un día formaron parte de la Corona Española y que tienen una relación de amor y odio con la Madre Patria similar a la de los españoles con los USA... siempre que sean los USA anglosajones. Si son los USA hispanos, todo es simpatía, hermandad, afecto... y desconocimiento.

Pero si los españoles desconocen la envergadura del mundo hispano en los USA, los norteamericanos, hispanos incluidos, desconocen también la España moderna, próspera y democrática que en estos años de Aznar se ha consolidado como uno de los países más dinámicos del Viejo Continente. También como el que tiene, con Irlanda y Gran Bretaña, una economía más abierta y, por ello, más parecida a la norteamericana. Faltaba, para el encuentro de esas dos grandes realidades desconocidas, que han vivido de espaldas tanto tiempo, un factor histórico que las pusiera en contacto cordial y ese ha sido la Guerra de Irak. España ha aparecido en ella como un fiel aliado de los USA y lo seguirá siendo mientras el partido de Aznar gobierne, que es lo probable por bastante tiempo. La capacidad de convocatoria y de relación que el aún presidente del Gobierno español tenía en su país y tiene ahora en los USA es sencillamente extraordinaria, inimaginable hace sólo un año y suficiente como para que un líder fascinado siempre por la Historia vislumbre a partir de ella su futuro, acaso al frente de una institución cultural, política y económica que trabaje para establecer puentes entre los dos países hispanos más prósperos del mundo: España y los USA. Un reto a la altura de una ambición.

En Opinión