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Federico Jiménez Losantos

Desatinos ridículos

quieren presumir de que las relaciones con Bush van a ser extraordinarias. Para alimentar esa esperanza, se permite recomendarle al reelegido Presidente norteamericano que suavice su relación con Fidel Castro

Sólo en una cosa ha demostrado Moratinos que es un gran diplomático: ha vendido –metafóricamente hablando– su entrevista a “El País” y “El Mundo” nada menos que en un domingo. Los dos rivales dándole cancha el mismo día al mismo político de segundo nivel. ¡Casi nada! Ahora bien, ahí terminan sus méritos. El resto, es un repertorio de gansadas que no por duplicarse resultan más convincentes. Irritantes, si acaso.
 
Además de su repelente falta de patriotismo y de su repugnante sectarismo, está claro que la política exterior española encomendada por ZP a Moratinos parte de considerar a los españoles y a los norteamericanos a un nivel, digamos, mauritano. Ni el más ignorante de los países del Tercer Mundo, ni la más yerma opinión pública africana puede pensar que apostar de manera tan estúpida por el candidato perdedor en las elecciones USA dejará de tener alguna consecuencia, no precisamente negativa. Moratinos quiere convencernos de lo contrario. Es más: se presenta a sí mismo como el hombre capaz de mejorar muchísimo las relaciones con los Estados Unidos, a diferencia de Aznar, que según este botarate diplomático lo hizo bastante mal y provocó un atroz antiamericanismo. Sería entre los amigotes de Arafat como Moratinos y en los progres desnortados, como ZP. Pero decir que Aznar sólo obtenía fotos y que ellos, ZP y sus Desatinos, van a “obtener resultados” es ir más allá de la majadería para incurrir en la ofensa a la Oposición y en el desprecio a la inteligencia de sus conciudadanos.
 
Resultados de la política del incomparable Desatinos: Marruecos aliado militar especial de los USA; cancelación de la instalación en Rota de la VI Flota; cancelación de los contratos de Israel con Izar; público rechazo de Kerry a ZP incluso antes de su derrota; desprecio de Bush a la llamada de Zapatero, sin duda aconsejado por Moratinos. La consideración de España, tras la llamada de ZP en Túnez a la deserción de Irak de todos los países coaligados con los USA, está ligeramente por debajo de la de Francia. Y, encima, quieren presumir de que las relaciones con Bush van a ser extraordinarias. Para alimentar esa esperanza, se permite recomendarle al reelegido Presidente norteamericano que suavice su relación con Fidel Castro. Es un milagro, sólo achacable a la molicie marroquí, que Mohamed VI no haya emprendido ya la Marcha Verde sobre Ceuta y Melilla. Con un aliado como Moratinos, la victoria era segura. Esperamos que para cuando se decida, este diplodesastre sea ya un mediocre y olvidado cesante en tan inmerecido cargo.
 

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