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Si el PSOE buscaba un éxito político de Arzallus, hay que decir que lo ha conseguido. Si "El País" y Felipe González buscaban romper el frente democrático y constitucional contra el Pacto de Estella, han dado un paso importante para lograrlo. Si Zapatero buscaba que su partido no pareciera preso del "seguidismo" con respecto al PP, el éxito le ha acompañado en su heroica acción. Por último, si por parte de la izquierda -PSOE e IU- se trataba de inutilizar la moción de censura contra Ibarreche y prolongar indefinidamente la legislatura, como quiere un Gobierno sin apoyo parlamentario y un PNV que sólo busca ganar tiempo para ver si mejora en las encuestas, no cabe duda de que le han suministrado un balón de oxígeno al desahuciado Ejecutivo de Vitoria.

La manifestación de Bilbao ha sido una obra maestra de la propaganda, de la falta de escrúpulos y de la desvergüenza en la manipulación de los sentimientos que suscita el terrorismo entre los ciudadanos. Sentimientos opuestos según sean o no nacionalistas quienes los expresen. Pero esa oposición se diluye y se confunde cuando un acto político de apoyo a un partido y a un político consigue disfrazarse de acto cívico y anónimo, sin sentido partidista, como si fuera una convocatoria espontánea y no una movilización promovida directamente desde el poder político.

Para acabar de borrar las huellas de su exitosa manipulación de las masas y los medios gozosos por ser manipulados, ya sólo falta que declaren apócrifa la carta de Arzallus llamando a las bases del PNV a mostrar su fuerza, no contra ETA, claro, sino contra los defensores del Estatuto y de la Constitución. Y que le adjudiquen la carta a Mayor Oreja. La diferencia es que hasta ahora eso sólo lo hubiera hecho "Deia". Ahora lo hará "El País", ventajas polítcas de la cooperación periodística, nada que una tanto ideológicamente como un negocio conjunto editorial. Tanta homilía de Arzallus cuando lo que hacía falta era un suplemento dominical, con el mago Pepe Carroll como firma y referente. Revelador.

Si la manifestación era contra ETA o más bien contra el PP, el Foro Ermua, las víctimas del terrorismo y "¡Basta ya!"; no se ha demostrado en la manifestación misma, al cabo una representación teatral, sino que se demostrará en el discurso político que a partir de hoy se producirá en el peneuvismo y en el socialismo. En vez de una moción de confianza, PNV y PSOE han producido una "emoción de confianza", que durará hasta el próximo muerto.

La movilización social frente al nuevo crimen terrorista será probablemente menor, porque en Bilbao se ha demostrado que el partidismo es capaz de corromper el más acendrado civismo. Y nada desengaña más a la gente que ver el escamoteo que hacen los políticos profesionales de una emoción que es cualquier cosa menos una profesión. El PNV siempre acude en ayuda de ETA cuando lo necesita. El PSOE siempre acude en ayuda del PNV cuando su complicidad con ETA le hace necesitarlo. Arzallus estará feliz por el éxito de su táctica, genuinamente leninista, en la lucha antiterrorista: "un paso adelante, dos pasos atrás". O muchos más.

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