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Permítasenos el juego de palabras porque responde rigurosamente a la realidad. El escándalo Gescartera va muy rápido, tanto que ya está en la cárcel la presidenta del “chiringuito” del también encarcelado Camacho. Con sólo el primer volumen de las Obras Escogidas de Doña Pilar, la juez Palacios no ha tenido la menor vacilación en enviar a la sombra a la hermana del ex-secretario de Estado de Hacienda. Y casi nadie duda de que don Enrique tendrá pronto que vérselas también con la Justicia. Pero la dimisión de Pilar Valiente el mismo día en que su tocaya inaugura su experiencia carcelaria ha despejado políticamente el campo de las responsabilidades políticas en el área gubernamental. Tanto, que al fondo a la derecha sólo se divisan ya a don Enrique, Ramallo, Montoro y Rato, por este orden. Y Ramallo, político al cabo, ha decidido acordarse de Prisa, una de las presencias más interesantes en la agenda de doña Pilar.

Inmediatamente, la empresa de Polanco ha emitido un comunicado que pone de manifiesto su nerviosismo. Al decir que Prisa no ha hecho nada con Gescartera no dice más que lo que era de prever. Lo que debe aclararse es la participación real de Prisa en Avanzit, al margen de que ahora se reduzca al 2,38% reconocido en su comunicado. Un apunte de Doña Pilar se refiere al 25% de Radiotrónica, empresa convertida por el sobrinísimo Fernández en Avanzit, que despertó de forma tan desmesurada como incomprensible el celo inversor de Camacho. Las investigaciones de Época han alumbrado la perplejidad intelectual que suscita el sorprendente y oneroso interés de Gescartera en Avanzit. El comunicado de Prisa respondiendo a la insinuación de Ramallo no aclara nada y, por tanto, excitará el celo de los investigadores periodísticos, aunque tal vez acalambrará a los políticos de la Comisión Parlamentaria. Pronto lo veremos. De momento, pues, está justificado decir que Gescartera va muy rápido y que, además, comienza a ir de Prisa.

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