Menú
Federico Jiménez Losantos

Hazaña ética: Rajoy respalda a Piqué

Que Piqué actúe como Zapatero muestra que su idea de la moral se parece. Que Rajoy respalde a Piqué muestra que la ética de Rajoy se parece a la de Piqué

En la entrevista publicada este domingo en “ABC” Mariano Rajoy decía bastantes cosas con las que uno no puede sino estar de acuerdo. También dejaba de decir otras, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados. Pero, por primera vez, su habitual equilibrio entre la afirmación de oficio y la elusión consuetudinaria y tramposa, se ha roto al respaldar una de las jugadas más innecesariamente obscenas del partido de la Derecha española contra sus votantes: la entrevista de Piqué con Carod Rovira en plena crisis del Carmelo y del Tres por ciento y en vísperas de la presentación de una moción de censura contra Maragall por parte del PP. No sabemos si ese era el motivo: contar con la aquiescencia de ERC.
 
Vale la pena reproducir completo el fragmento en que Rajoy exhibe su identificación con Piqué:
 
ABC.- ¿Apoya la entrevista de Piqué con Carod?

Rajoy -Hay un tema de principios. El PP no es sospechoso, tiene un modelo de Estado y tiene una política antiterrorista. Zapatero se ha entrevistado con Carod para hablar de ETA y del modelo de Estado. Pero que el señor Piqué se reúna con el señor Carod para que en Cataluña no se tapen las graves acusaciones que se han producido, a mí eso no me parece preocupante. A mí lo que me importa son los principios, y no las tácticas en un momento determinado
.”
 
Eso mismo pensábamos los que criticamos la entrevista: que era un asunto de principios. Que el PP no sea “sospechoso” de condescendencias con el terrorismo no quiere decir que tampoco lo sea de sumisión al nacionalismo, siempre que éste sea el catalán. Los ocho años de Gobierno de Aznar, desde la defenestración de Vidal Quadras hasta la imposición de Piqué desde Génova 13, no precisamente con el aplauso de las bases del PPC, son la prueba. Conviene recordar algo que Rajoy conoce muy bien: las elecciones del 14M fueron las del rechazo del PP catalán al PP del resto de España para congraciarse —menudo éxito— con el aplastante nacionalismo ambiental. Las europeas confirmaron esa tendencia, si bien en tono algo menor. Pero de ahí viene la crítica de Mayor Oreja a la reunión Piqué-Carod, recordando que Piqué lo marginó en su predio electoral. En última instancia, el problema de Piqué, pero también de Rajoy, es si el carácter nacional español del PP es algo que se debe esconder en Cataluña y no exhibir. O sea, que el PP sí es “sospechoso” en materia catalanista. Y Rajoy, sospechosísimo.
 
En cuanto al terrorismo, siempre ha sido uno de los ingredientes del problema nacionalista, aunque al PP de Aznar —y también de Rajoy— les haya resultado cómodo circunscribirlo al nacionalismo vasco. Pero la tregua pactada por ETA y Rovireche en Perpiñán invalidó para siempre ese subterfugio moral que ha sido, además, un monstruoso error político. Después de que la ETA proclamara (en un escenario repleto de banderas vascas y separatistas catalanas) que, tras la reunión con Rovireche, se abría una nueva era de colaboración con el catalanismo y que como prueba dejaría de matar en Cataluña (lo ha mantenido mientras ponía bombas en Madrid, País Vasco o Levante), nadie puede dudar el carácter de aliado etarra de Carod. Que Zapatero, tras forzar su salida del Tripartito, lo haya readmitido en la Moncloa, muestra la inmoralidad de Zapatero. Que Piqué actúe como Zapatero muestra que su idea de la moral se parece. Que Rajoy respalde a Piqué muestra que la ética de Rajoy se parece a la de Piqué.
 
La prueba de que esta doble identificación resulta terrible es que a Rajoy “no le parece preocupante”. Y no le preocupa siquiera explicarse: “A mí lo que me importa son los principios y no las tácticas en un momento determinado”. ¡Y tanto! Como que cuando arrastra los principios por el fango en función de una táctica incomprensible, ni siquiera se rebaja a darnos una explicación. Pues nos la debía antes y ahora nos la debe aún más.

En Opinión