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Federico Jiménez Losantos

Jueces que desigualan y fiscales que ofenden

Que el fiscal del juicio a Garzón se atreva a decir que la masacre de Paracuellos fue "un hecho puntual de saca de presos" ofende a la verdad y a las víctimas. ¿Por "puntual" quiere decir aislado? Pues miente o yerra el fiscal

En las últimas horas, un juez y un fiscal, en dos causas muy distintas, han dado motivo a la opinión pública para escandalizarse, indignarse y acordarse de toda la parentela de la Diosa Ciega, que más que ciega parece tonta. El juez del Caso Palma Arena-Duques de Palma ha decidido que a Urdangarín no se le grabe como a los demás inculpados, porque dice que no se podrá evitar que haya filtraciones y los consiguientes juicios paralelos. Hombre, ya era escandaloso que la esposa, secretaria del consejo y socia al 50 por ciento de la empresa de Urdanga llamada Aizoon, es decir, la Infanta Cristina, no sea llamada a declarar como testigo ni como imputada. Seguramente por llevarle la contraria al Rey cuando dijo en su mensaje navideño aquello de "todos debemos ser iguales ante la Ley". Podía haber añadido “menos mi hija pequeña”, porque esto sí que es un matrimonio desigual, y no por la sangre dizque azul cuando se mezcla con la roja,  sino ante la Ley y por la corrupción que supone el trato de favor a la hija del Rey con respecto al yerno y a los socios del yerno de Su Majestad. 

La súbita piedad del juez con uno solo de los imputados es un escándalo y una burla para los ciudadanos que pagan la justicia como actividad "pública" y que han visto como el dinero de sus impuestos se lo lleva un golfo con aldabas, o sea, con influencias. Se lo llevaba porque salía en la tele con Camps y Matas, ¿y no va a salir en la tele ahora que le han pillado? Si el juez no hubiera permitido filmar a nadie, malo sería; pero que filme a todos menos al principal imputado es bochornoso. Este fin de semana decía un juez del Supremo en un periódico asturiano que debería declarar la Infanta porque "algo sabe". Cervantes escribió: "algo y aun algos". Porque la Infanta firmaba todas las cuentas de la sociedad, sacaba 600 euros semanales de Aizoon para sus gastos, igual que su marido, y vivía en un palacete que sus sueldos legales nunca hubieran podido pagar; y se adornaba el juez de Supremo en Asturias, "si Urdangarín tiene que ir a la cárcel, pues a la cárcel". Ja, ja y ja. A este paso, irá a la cárcel a cobrar.

Y lo que pasa de castaño oscuro es la actuación del fiscal en el segundo juicio por prevaricación de Garzón. Que no defienda la legalidad frente a las ilegalidades mostrencas del superjuez presuntamente multiprevaricador es una obscenidad digna de Vichinsky. Que se atreva a decir que la masacre de Paracuellos fue "un hecho puntual de saca de presos" ofende a la verdad y a las víctimas de aquella masacre. ¿Cómo que un hecho puntual? ¿Por "puntual" quiere decir aislado? Pues miente o yerra el fiscal. Dentro de las matanzas de presos dentro de la Modelo, de los miles de violaciones, torturas, secuestros y asesinatos (vulgo "paseos") dentro y fuera de todas las checas en la España sometida a la dictadura del Frente Popular, la matanza de Paracuellos no fue ningún hecho aislado.

Los cinco o seis mil asesinados –un tercio de ellos, menores de edad, señor fiscal– en lo que el propio Garzón calificó de genocidio para añadir que "no estaba vigente" y no procesar a Carrillo- no son "un hecho puntual" ni puede llamarlos así un fiscal. Es como decir que la matanza soviética de Katyn, calcada de la de Paracuellos (véase el libro de César Vidal) fue un "hecho puntual" entre los crímenes de Stalin o que el Holocausto fue un "hecho puntual" entre los crímenes de Hitler. Es intolerable pagar puntualmente (sin metáforas, cada mes; más las pagas extraordinarias) el sueldo a un fiscal que ni defiende la Ley ni respeta a las víctimas de Paracuellos y a las decenas de miles de asesinados y desaparecidos bajo el Frente Popular. Ni vichinkys ni villarejinkys. Ya está bien de chequismo judicial, fiscal y procedimental. Para defender, justificar o disimular Paracuellos, váyanse a Cuba.

Por desgracia, el trato de favor a un poderoso por parte de un juez o la actuación del fiscal como abogado defensor de lo indefendible no son hechos "puntuales" o aislados. En la Justicia española son el pan nuestro de cada día. Y ni el CGPJ ni el Fiscal General del Estado nos ahorran, impiden o, al menos, lamentan estos bochornos. Como si oyeran llover. O tronar.

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